La fortaleza de las mujeres es infinita y muestra de ello son estas tres historias de vencedoras del cáncer de seno, quienes con valentía enfrentaron el diagnóstico. Ahora ellas celebran la vida y nosotros admiramos su valentía y ejemplo de lucha.

Por lo que aparentemente fue un accidente hace 16 años, la pediatra Maritza Roldán pudo encontrarse un tumor en uno de sus senos.

“Creí que solo era un golpe pero después de una semana de no desaparecer lo que yo creía que era un coágulo,me asusté, como médico sabía que esa masa no era normal y lo primero que hice fue hablar con mis pastores de la iglesia para lograr calma, ya tenía una idea de lo que me estaba pasando, especialmente porque en mi familia hay historia de otros tipos de cáncer y efectivamente, por medio de una mamografía detectaron que tenía un tumor muy grande”.

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Mujeres que se apoyan entre sí

La doctora Roldán es el sostén de su familia y antes de iniciar cualquier tratamiento decidió que para evitar deudas, optó por tratarse el cáncer por medio del seguro al que cotiza la mayoría de las personas y no se arrepiente. El primer paso fue extirpar un cuarto del seno:

“Mis amigas estaban a la expectativa , ellas me llegaron a sacar de mi consultorio para ingresarme al hospital, le dije a mi secretaria que ya iba a volver, pues no creía que iba a ser un proceso tan largo. El diagnóstico indicó que tenía cáncer y que el siguiente paso iba a ser la mastectomía y la quimioterapia: cuando me lo dijeron no podía dejar de llorar, tenía miedo, un diagnóstico así te mueve el piso y solo queda aferrarse a la mano de Dios”.

La fortaleza de seguir adelante

“Con la quimioterapia llegó un momento en el que dije que ya no quería seguir por por todos los síntomas que me causó pero llegaron mis amigos y me ayudaron, además tuve apoyo de un psiquiatra. Después de más de seis meses de pasar alejada de mi consultorio regresé y me sentía tan fuerte por todo el apoyo recibido que incluso no me importaba dar consulta usando pañoletas. Al final tuve la victoria.

“Descubrí que con esta experiencia el Señor tenía un propósito para mí, me quedé visitando a personas que estaban pasando por lo mismo y quizás por mi profesión tienen más confianza conmigo. Así como los doctores fueron buenos conmigo, yo debo serlo con la gente. siempre estoy a la orden, me alegra saber que cuando a algún conocido se le detecta cáncer, mis amigos le dicen 'habla con Maritza'”.

De lo malo sacar lo bueno

“En la vida hay subidas y bajadas pero cuando estoy con desanimada me acuerdo que Dios ya una vez me salvó de la muerte y me ha dado un tiempo más, no puedo desperdiciar la vida que me ha dado, quejarme y no compartir, por eso estoy en varias asociaciones. A mis sobrinas siempre les digo que deben chequearse porque entre más temprano se detecta es mejor.”

Créditos

Fotografía: Pablo Corozo

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