Los primeros años de vida de cualquier persona son fundamentales para una buena educación en el orden. Dando un buen ejemplo a tu hijo le enseña la importancia que el orden tiene en la vida adulta.
Mantener en orden el espacio en el que convivimos nos transmite calma, favorece la concentración, ayuda a pensar y reaccionar serenamente. Mientras que el caos produce nerviosismo y dificulta la tarea de encontrar las cosas, lo que desencadena en problemas más graves como la impuntualidad y la irresponsabilidad.
Inicia desde temprana edad
A pesar de que creas que tu hijo aún no esta apto para iniciar algunas tareas porque su idea de orden difiere bastante de la tuya, comienza con pequeñas tareas que lo encaminen a convivir en un espacio limpio, donde cada cosa debe tener un lugar determinado.
De entrada no tiene sentido que te pases el día intentando que su cuarto esté perfectamente limpio, pero puedes iniciar con que no deje sus juguetes en el suelo, ni su ropa esparcida en cualquier lugar de la habitación, tampoco sus libros por toda la casa.
Sé especifico en tus indicaciones.
“Ordena tu cuarto, por favor” es un mensaje muy general. Frases como “guarda los cochecitos en la caja” o “echa la ropa sucia a la lavadora” describen con más exactitud lo que esperas que él haga.
Convierte el momento de ordenar en una experiencia placentera
Enseñale a tu hijo que luego de jugar llega el momento de recoger y ordenar. Esto no significa que él mire como recoges todo, sino que aprenda a colocar las cosas en su lugar. Hacerlo juntos podría resultar divertido y ademas una forma interactiva y lúdica de aprender a hacerlo.
Tips para hacerlo posible
- La tarea le resultará más amena si estableces un minuto de tiempo para comprobar cuántos juguetes son capaces de recoger cada uno. Animarse mutuamente ayuda.
- Inventa canciones divertidas, que se puedan asociar con este momento.
- Dispón un lugar diferente de la habitación para cada tipo de juegos. No hace falta que ésta sea enorme, de lo que se trata es de que haya un espacio para los libros, los disfraces y para peluches, etc. Cuando los juguetes ocupan un sitio determinado, adquieren para el niño un valor más importante que cuando están todos amontonados.
- Pinta los cajones de su armario o closet de un color diferente o pega en cada uno de ellos una etiqueta con el dibujo de las cosas a las que está destinado.
- Cada dos meses, revisa los juguetes con tu hijo y anímale a regalar a los niños necesitados los que se le han quedado “pequeños”. Además de evitar acumular trastos, le estarás dando una enseñanza sobre la generosidad y el valor de compartir.
Lo que no debes hacer
- No le pidas que recoja sus juguete antes de sacar otro. Es normal que tu hijo juegue en desorden, con todo a la vez, y que mientras desarma un coche quiera tener a mano sus cromos y pinturas. Necesita sentirse libre en sus actividades.
- Cuando llegue el momento de recoger, no le obligues a desmontar eso que ha montado con tantísimo esfuerzo. No pasa nada si la casita de muñecas se queda montada en un rincón, para que al día siguiente pueda seguir disfrutando de ella.
- No le pidas que recoja si está empezando su caricatura favorita en la televisión. Lo hará más deprisa y con más ganas si esperas a que la termine de ver.