Ante la pregunta de muchas embarazadas sobre si es cierto que los pies aumentan de talla con el embarazo, la respuesta es: sí. No pasa en todos los casos, pero sí en 7 de cada 10 mujeres a quienes el crecimiento de los pies les sucede como uno de los tantos cambios físicos a los que se enfrentan por ser futuras mamás.
¿Cuál es la razón?
Los expertos le echan la culpa a las hormonas, y a una en específico: la relaxina. Según Armando Bastida, en su artículo publicado en Bebés y Más, la acción de esta hormona es segregar todo el tiempo, pero aumenta su función durante el embarazo ya que su tarea es ayudar al bebé a desarrollarse óptimamente y facilitar su salida al momento del parto. ¿De qué manera? Ensanchando la pelvis a través de la relajación de sus ligamentos.
Ahora bien, el crecimiento de los pies sucede cuando el resto de ligamentos del cuerpo se vuelven más elásticos. El arco del pie comienza a aplanarse gracias al aumento de peso de la embarazada, haciéndolo crecer media o una talla. Aunque algunas mujeres sí recuperan su tamaño original, muchas mamás aseguran que su talla de zapato ya no disminuyó.
¿Cómo evitar problemas en los pies durante el embarazo?
Según el portal Guía Infantil, el problema es que este cambio en la estructura del pie no afecta sólo a su longitud (puede varias entre dos y diez milímetros), sino que también puede originar problemas en la planta del pie. Es decir, puede originar “pie plano”. Para remediarlo todo lo posible, los expertos recomiendan usar calzado más amplio y flexible durante el embarazo, pero no andar descalza. El zapato ideal de la embarazada, sería aquel zapato de tacón bajo y ancho (nunca zapato plano) y con una buena sujeción en el talón.