Un día tu pequeño llega a casa de la escuela cansado, con fiebre, dolor de cabeza y no quiere comer. ¿Sabes qué a qué enfermedad te estás enfrentando? ¿cómo puedes tratarlo?
Hoy te presentamos los síntomas de cinco enfermedades más comunes en los niños y algunas recomendaciones para actuar de la mejor manera en cada caso. Recuerda que estos son solo algunos consejos para aliviar sus dolencias, y es necesario que acudas directamente a tu médico de confianza para asegurar un mejor diagnóstico y tratamiento de la salud de tus pequeños.
>Gripe o influenza
Esta enfermedad es muy contagiosa. Es viral y su contacto puede ser directo, a través de la saliva y de las partículas de secreciones nasales o bucales que el niño arroja al hablar, toser o estornudar. Sus síntomas más frecuentes son: fiebre alta, escalofríos, dolores de espalda y miembros, agotamiento, resfrío y bronquitis, dolor de garganta.
Recomendaciones: Procure que el niño permanezca en reposo, manténgalo hidratado. No debe suministrarle aspirina, pero si puede dar acetaminofén a niños mayores de 5 años para aliviar sus síntomas. Mantenga el control de las vacunas de su hijo, recuerde que los niños a partir de los 6 meses pueden vacunarse contra la influenza.
>Sarampión
Causado por un virus, esta enfermedad se adquiere o contagia de persona a persona y a través de gotas de secreción del enfermo al toser, hablar o estornudar. La cara, el tronco y los miembros del niño se cubren de pequeñas manchas rojizas sobreelevadas, que desaparecen con la descamación al cabo de 7 días. Los síntomas son: fiebre elevada, tos y sensibilidad a la luz, dolor muscular y de garganta, entre otros.
Recomendaciones: El niño debe permanecer en reposo, manténgalo hidratado. No debe suministrarle aspirina, pero si puede dar acetaminofén a niños mayores de 5 años para aliviar sus síntomas. Se debe controlar de cerca a los niños con sarampión. En ciertos casos, esta enfermedad puede desencadenar otras complicaciones, como otitis media, crup, diarrea, neumonía y encefalitis, que posiblemente requieran el uso de antibióticos y la hospitalización.
>Otitis
Es una inflamación del oído medio, muy frecuente durante la infancia, principalmente en los niños menores de 3 años de edad. La infección del oído medio produce un cúmulo de pus y fluidos, que presiona sobre el tímpano ocasionando dolor y pérdida de audición. Sus síntomas más frecuentes son: dolor intenso, cambios en el apetito o en el sueño, agitación e irritabilidad, supuración en los oídos, dificultad para escuchar correctamente, náuseas y fiebre.
Recomendaciones: En los primeros momentos de la otitis un tratamiento con ibuprofeno alivia la fiebre y el dolor, pero hay que acudir al pediatra, pues la mayoría de las otitis requieren tratamiento precoz con antibióticos.
>Varicela
Se caracteriza por fiebre y la aparición de erupciones en la piel. El primer síntoma es un brote con vesículas o ampollas en toda la piel: cuero cabelludo y lesiones en la boca. En general, suele causar picores, fiebre alta, cefalea, náuseas, vómitos y pérdida de apetito.
Recomendaciones: El niño debe permanecer en reposo, manténgalo hidratado. No debe suministrarle aspirina, pero si puede emplear analgésicos, antihistamínicos, y cremas o lociones que alivien el picor. Debe mantener cortas sus uñas y evitar que se rasque las erupciones porque corre el riesgo de infectarse y tener cicatrices de por vida.
>Bronquitis
Es una inflamación de los bronquios, acompañada de tos y expectoración. En la mayoría de los casos, se debe a un catarro o a una gripe mal cuidados. Los niños corren riesgos de bronquitis aguda si sus padres fuman, si tienen enfermedad cardiaca o pulmonar subyacente. Además, la bronquitis crónica en los niños es una afección de larga duración y se caracteriza por tos que con mucosidad excesiva.
Recomendaciones: se debe mantener al niño en la cama y humidificar el ambiente con aparatos específicos. No se debe abrigar en exceso, en caso de fiebre alta, suministrar un antipirético. En el caso de la tos, se puede recurrir, sólo en la fase aguda, a los jarabes para la tos, siempre después de consultar al pediatra.