Cuando iniciamos una vida en pareja nos preocupamos por amueblar la casa, ajustarnos a una nueva rutina, hacerle frente a los quehaceres, etc. Pero a menudo nos olvidamos de hacer un plan de mantenimiento económico, es decir, definir las actitudes que se tomarán relacionadas a lo financiero.
La psicóloga y terapeuta de parejas Dina Semsch comparte tres consejos para establecer cómo se manejará la economía del nuevo hogar y así conseguir la tan anhelada felicidad.
PAUTAS PARA QUE LOS PROBLEMAS ECONÓMICOS NO DAÑEN EL “VIVIERON FELICES POR SIEMPRE”.
1. SEPARAR “LO TUYO, LO MÍO Y LO NUESTRO”
Al hablar de dinero, es necesario aclarar que no todo es de los dos. Aún en el caso que uno de los cónyuges no trabaje formalmente. Las labores domésticas deben ser recompensadas monetariamente, así como quien sale a trabajar debe reservarse una cantidad de dinero para gastarla como él o ella lo desee.
Una vez estén cubiertos los compromisos económicos de la pareja, la manera en cómo cada uno gasta su dinero, ya sea en accesorios para el carro o un par de zapatos de diseñador, no debe importarle al otro pues recordemos que antes de ser pareja, se es individuo.
2. HABLAR CLARO Y ESTABLECER COMPROMISOS
Las personas no empiezan a existir en el momento que inician la convivencia en pareja, sin embargo, a veces se asume que el cónyuge no posee deudas, tarjetas de créditos sobregiradas o préstamos; esta es la razón por la cual al tomar la decisión de vivir juntos, es mandatorio que ambos hablen claro acerca de los pendientes que se tienen y se establezcan compromisos o acuerdos para solventar las deudas y no afecten en un futuro.
3. “CURAR EN SALUD”
Es prudente tener recursos para afrontar los imprevistos, no se trata de ser pesimistas, pero para cuando se presente un altercado que afecte la economía este no desgaste la relación de pareja. Es necesario estar preparados con ahorros o inversiones que a la larga darán sus frutos, como por ejemplo un seguro de salud o de carro.
Siempre habrá obstáculos que se deben resolver juntos. Afrontarlos juntos nunca va a ser que uno tome las riendas de la situación sin incluir al otro. La riqueza de una pareja radica en las diferencias que cada uno pueden aportar a la relación. A la hora de impases económicos se debe realizar un plan de acción en el que se incluyan responsabilidades para los dos integrantes del matrimonio.