En ocasiones debemos regañar a nuestros hijos, reprenderlos por su comportamiento, por algo que han hecho o han dejado de hacer. A pesar que regañar no suele la mejor vía para que un niño aprenda, si sabemos cómo hacerlo de forma constructiva, las regañinas o reprimendas verbales pueden usarse de vez en cuando.
En este artículo te damos las claves para regañar a los niños de forma constructiva, es decir, para que tengan valor educativo y no acaben siendo solo otra forma ineficaz de castigo que dañe la autoestima de quienes más queremos.
10 Claves para regañar a los niños de forma constructiva
Las reprimendas verbales deben usarse en ocasiones puntuales, como por ejemplo, cuando el niño ha realizado algún tipo de acción en la que se ha puesto él o a terceros en peligro o se salta normas y límites de forma reincidente.
Educar a nuestros hijos es un largo proceso en el que se precisa tiempo, mucha paciencia y tener a mano diferentes técnicas, entre ellas algunas correctivas como las reprimendas verbales. Sabemos que es necesario fomentar la disciplina en este proceso pero debemos saber aplicarla de modo constructivo, evitando que el niño obedezca solo por temor a ser castigado o reprendido. Disciplinar significa educar fomentando la reflexión y el diálogo por eso cuando debamos regañar a nuestros hijos debemos tener en cuenta estas 10 claves para hacerlo de un modo constructivo y eficaz.
1. El objetivo siempre es educar, no atemorizar ni humillar, por eso debemos hablar sin descalificar o avergonzar al niño.
2. Evitar alzar la voz, aunque el tono debe ser enérgico y con autoridad.
3. Hacerlo en privado, nunca en público y menos delante de los amigos.
4. Ofrecer las alternativas posibles a la conducta que estamos reprendiendo.
5. Recordar que debe ser correctiva y fomentar la reflexión por lo que debemos utilizar un lenguaje adaptado al nivel de edad del niño.
6. No debe ser un largo sermón.
7. Debe ser objetiva y no obedecer a nuestros estados de ánimo negativos, es decir, debemos reprender la conducta que queremos corregir y no descargar en nuestros hijos el malhumor o cansancio acumulado.
8. Usarse de forma puntual, nunca como único método educativo ya que pierde el sentido y el niño se acostumbra a ser reñido.
9. Recordar que siempre es mejor y preferible fortalecer las conductas adecuadas que castigar las inadecuadas.
10. Si queremos que nuestros hijos aprendan a comportarse adecuadamente hay que ofrecerles buenos modelos y ejemplos en casa, no podemos exigir a nuestros hijos que se reaccionen de forma tranquila ante las adversidades si nosotros perdemos el controlcada vez que hacen algo que no nos gusta.
Los niños aprenden por imitación y modelado, necesitan normas y límites, pero mayormente buenos referentes conductuales a los que seguir.
Fuente: Sara Tarrés en guiainfantil.com