Un nuevo descubrimiento sugiere que un medicamento común utilizado para tratar el glaucoma también podría ser utilizado para tratar la tuberculosis, incluso la causada por cepas de la bacteria que son farmacorresistentes.
El equipo de Robert Abramovitch y Benjamin Johnson, de la Universidad Estatal de Michigan (MSU) en la ciudad estadounidense de East Lansing, ha descubierto que la etoxzolamida, un compuesto presente en muchos medicamentos para el glaucoma, es capaz de desactivar la capacidad que la bacteria de la tuberculosis tiene para atacar al sistema inmunitario.
Básicamente, la etoxzolamida impide que la bacteria de la tuberculosis despliegue su armamento y que pueda proliferar dentro de ciertos glóbulos blancos de la sangre que son parte del sistema inmunitario. Los autores del estudio han constatado mediante experimentos que el compuesto reduce los síntomas de la tuberculosis en ratones.
La bacteria de la tuberculosis tiene una gran capacidad para detectar ciertas señales ambientales en el cuerpo y adaptarse a las nuevas situaciones que tales señales anuncian. Una de estas señales detectables por la bacteria es un cambio en el pH (grado de acidez) que le permite a la bacteria deducir que está siendo atacada por una célula del sistema inmunitario del organismo al que intenta invadir.
En la nueva investigación, se ha comprobado que la etoxzolamida inhibe la capacidad de la bacteria de la tuberculosis para detectar entornos ácidos, volviéndola “ciega” a esas señales delatadoras, de tal modo que no puede defenderse adecuadamente del ataque del sistema inmunitario.
Fuente: noticiasdelaciencia.com