
¿Detestas sudar? Pues deberías pensarlo dos veces, ya que es el mecanismo más importante para mantener la temperatura corporal estable. Si alguna vez te has preguntado cómo hace tu cuerpo para mantenerse en 37 grados en las cuatro estaciones, la respuesta se llama homeostasis. Un equilibrio muy delicado que también puede desregularse.
La hiperhidrosis axilar afecta a 211 millones de personas alrededor del mundo. Se caracteriza por la sudoración excesiva a nivel axilar, debido a una falla en la regulación del sistema simpático (aquel que se encarga de preparar el cuerpo para la lucha y la huida); y es una fuerte causa de aislamiento y reclusión social.
Afortunadamente, esta afección tiene diferentes tratamientos, que pueden variar entre el uso de desodorantes antitranspirantes y una cirugía. Recuerda que ante la duda, siempre es bueno consultar con un especialista.
El sudor también puede presentar otro tipo de patología, como la que produce su inexistencia. Un grupo de investigación dirigido por Katsuhiko Mikoshiba ha presentado en el Journal of Clinical Investigation un reciente trabajo sobre cómo la mutación de un gen puede determinar la falta de sudor, conduciendo a un cuadro conocido como golpe de calor o hipertermia. “Si bien el sudor excesivo es un problema embarazoso, la incapacidad de sudar es potencialmente letal ya que el cuerpo pierde la capacidad de regular su temperatura”, sostienen los investigadores de este estudio.
El sudor aparece con la actividad física, pero también puede activarse ante una situación de estrés o emoción muy intensa por la misma activación del sistema simpático, que alerta y “enciende” a nuestro cuerpo. Su composición química contiene una elevada cantidad de sodio y por eso lo sentimos “salado” durante el ejercicio. De esta forma, puede revelarnos nuestro estado de salud: el test del sudor se realiza para diagnosticar una enfermedad genética llamada fibrosis quística, donde los electrolitos están alterados, llevando a realizar tapones mucosos que alteran la función pulmonar y pancreática.
No sólo su composición química puede alertar sobre posibles patologías, una hiperhidrosis (cantidad de sudor elevado) localizado en palmas de las manos y plantas de los pies junto a una falta de sensibilidad localizada puede alertar sobre una intoxicación crónica con arsénico, patología llamada Hidroarsenicismo crónico regional endémico, muy común en Latinoamérica y poco diagnosticada.
El sudor es algo natural del cuerpo y deberíamos aceptarlo como tal, entender que su exceso es un problema médico incontrolable para quien lo padece. Su presencia “moderada” es completamente fisiológica y necesaria y su cantidad no es fija, depende del estilo de vida, la profesión y el organismo de cada persona.
Tomado de discoverymujer.com