Esta es una buena época para que se ponga a cuentas con su cuerpo; los especialistas de la salud aconsejan que una o dos veces al año usted debe visitar al médico para realizarse un chequeo general, esto pueden ayudarle a ahorrarse dinero, salvar su vida y mantenerse tranquilo acerca de su salud.
Los chequeos médicos anuales son esenciales para mantener una buena salud. Con ellos se puede detectar una enfermedad que padezcamos o predisposición a alguna.
Antes de realizar un chequeo y si no se tiene historia clínica, se suele pasar un cuestionario para determinar el estado de salud hasta la fecha y los hábitos de vida que lleva la persona. Las preguntas más habituales son el saber si el paciente fuma, si tiene antecedentes familiares de algún tipo de enfermedad y si es mujer si ha tenido cáncer de mama.
Una revisión médica básica comienza por evaluar el peso, la presión sanguínea y análisis de orina y sangre, así como un electrocardiograma, una radiografía de tórax y una ecografía abdominal.
Los análisis de sangre (biometría hemática y química sanguínea) determinarán si el paciente sufre anemia, tiene problemas para controlar la cantidad de colesterol, triglicéridos o azúcar, entre otras cosas. La radiografía de tórax y la ecografía abdominal detectan problemas específicos en los órganos internos.
Dependiendo de su estilo de vida, necesitará exámenes para buscar infecciones como sífilis, clamidia y VIH, entre otras.
A medida pasen los años, hombres y mujeres deben incorporar otros estudios y visitas médicas más frecuentes como la densitometría ósea anual a partir de los 50, la ecografía abdominal para evaluar órganos como hígado, riñones y páncreas.
Señales de alerta
Hay malestares que suelen pasar desapercibidos, lo que implica un riesgo para la salud, por ejemplo un persistente dolor de cabeza, aumento en la sed o el hambre; pérdida de peso, fatiga inusual y otros.
Con un chequeo médico podemos prevenir o detectar enfermedades en fases tempranas como el cáncer, la hiperglucemia, la hipertensión y las hipercolesterolemias, las cuales son consideradas asesinos silenciosos.