El consumo de alimentos propios de la dieta mediterránea puede reducir el riesgo de desarrollar un cáncer de mama hasta en un 30 por ciento, según ha demostrado, por primera vez, una investigación científica española.
Esa es una de las principales conclusiones del estudio coordinado por la investigadora del Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III, Marina Pollán, publicado en agosto en la revista científica British Journal of Cancer y presentado hoy en Madrid.
Realizado sobre más de 2.000 mujeres, el estudio revela que el consumo de alimentos típicos de la dieta mediterránea, como pescado, vegetales, legumbres, frutas y aceite de oliva, muestra “un claro efecto protector” ante un subtipo de tumor, el triple negativo, que generalmente es más agresivo.
Pollán explicó que según la investigación, la llamada dieta occidental -productos grasos, carne procesada, dulces y bebidas calóricas- es la más perjudicial a la hora de desarrollar cáncer de mama.
El estudio EpiGEICAM, financiado por la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) desde 2006 con 300.000 euros y desarrollado dentro del Grupo Español de Investigación en Cáncer de Mama (GEICAM), ha reclutado a 1.017 mujeres recién diagnosticadas de cáncer de mama y a otras tantas mujeres sanas en los servicios de
Oncología de 23 centros hospitalarios españoles.
A estas mujeres se les entregó un cuestionario que recogía la información sobre su alimentación durante los últimos cinco años, lo que ha permitido distinguir entre tres tipos de dieta.
Esto es, la dieta “occidental” -alto consumo de productos grasos, carne procesada, dulces, bebidas calóricas y bajo consumo de cereales- la “prudente” -productos bajos en grasa, frutas, vegetales y zumos- y la “mediterránea” -pescado, vegetales, legumbres, patatas, frutas, aceite y bajo consumo de zumos y bebidas calóricas-.
“Los resultados han demostrado que el riesgo de padecer cáncer de mama aumenta con la dieta occidental, mientras que se reduce en el caso de la dieta mediterránea”, explicó Pollán, quien señaló también que no se ha podido constatar que la “prudente” esté relacionada ni con una mayor ni con una menor probabilidad de desarrollar la enfermedad.
La dieta mediterránea ha demostrado, además, ser beneficiosa para prevenir los tumores triple-negativos, los más agresivos y para los que por el momento no existe un tratamiento quimiopreventivo.
En este sentido, Pollán señaló que el elevado consumo de pescado en España podría explicar, así, la baja incidencia de este subtipo de tumor (12 por ciento de los casos frente al 20 por ciento que se registra en otros países del entorno).
Por su parte, el presidente de GEICAM, Miguel Martín, destacó la importancia de este estudio por su “aplicación inmediata”, al afirmar que “puede marcar un antes y un después en el cáncer de mama en España”.
Cada año se diagnostican aproximadamente 26.000 casos nuevos de cáncer de mama en España, el 30 por ciento de todos los cánceres detectados en mujeres en el país.
AGENCIA EFE