La reina Rania de Jordania, el Aga Khan y Melinda Gates afirmaron que la mejora de la salud materna e infantil en los países más pobres del mundo debería ser la principal prioridad de la comunidad internacional.
Sus declaraciones se produjeron en la segunda jornada de la cumbre "Salvando cada mujer y cada niño", que se celebra en Toronto organizada por el Gobierno canadiense y es fruto de un acuerdo alcanzado por los países del G8 en la Cumbre de Muskoka (Canadá) en 2010.
La reunión de Toronto reúne a centenares de delegados de gobiernos, organismos internacionales y organizaciones multilaterales para discutir los próximos pasos a tomar para mejorar las condiciones de vida de las madres y los recién nacidos.
Pero las discusiones se están desarrollando a puerta cerrada para el público y los medios de comunicación por decisión del Gobierno canadiense.
Sólo se divulgan los discursos de ministros canadienses y de algunas de las personalidades internacionales asistentes.
La reina Rania de Jordania destacó en su discurso la urgencia de que las niñas en los países en desarrollo sean escolarizadas "para hacer realidad su potencial y cambiar mentalidades".
La esposa del Rey Abdalá II subrayó la necesidad de poner a niñas y mujeres en el centro de la agenda para después de 2015, la meta para alcanzar los llamados Objetivos del Milenio.
Por su parte, el Aga Khan, líder espiritual de los ismaelitas nizaríes, una rama del chiísmo, reconoció que los esfuerzos para alcanzar los Objetivos del Milenio de la ONU "han sido insuficientes y desiguales".
Pero el Aga Khan afirmó que la mejora de la salud materna e infantil debería ser "una de las principales prioridades" de la comunidad internacional en el campo del desarrollo.
Melinda Gates, dijo que la fundación que dirige junto con su esposo Bill Gates y Warren Buffett, "está guiada por un simple principio: todas las vidas tienen el mismo valor".
"Despreciamos la desigualdad", añadió Melinda Gates, que también destacó la necesidad de que las mujeres en los países en desarrollo tengan acceso a métodos de planificación familiar y que se obtengan datos fiables sobre la situación de las poblaciones más necesitadas del planeta.
"No sabemos cómo tres cuartas partes de la población mundial muere, lo que hace muy difícil destinar recursos de forma efectiva cuando se están intentando prevenir esas muertes", explicó. EFE