Se acerca el período de vacaciones y muchos de nosotros buscaremos disfrutar al máximo unas horas de descanso y diversión para compartir con la familia y amigos. Para aquellas personas que prefieren actividades al aire libre como ir a la playa, caminatas, campamentos y deportes que requieren un tiempo de exposición al sol, quiero compartirles información que puede ser de su interés.
Por otro lado, una exposición prolongada a las radiaciones ultravioleta que produce el sol, puede dar lugar a una serie de efectos dañinos agudos o crónicos sobre la salud de la piel, los ojos y el sistema inmune. Si esta exposición es muy intensa en un período corto sin una adecuada protección, puede ocasionar quemaduras y deshidratación. A largo plazo y tras exposiciones repetidas, tiene como consecuencias la aparición de cáncer de piel, envejecimiento prematuro de la piel que genera arrugas y manchas, alergias, producción o exacerbación de enfermedades cutáneas o sistémicas, favorece algunas alteraciones oculares como las cataratas y pterigiones y altera el sistema inmunitario.
OCHO MEDIDAS PARA PROTEGERSE DEL SOL
1. Limite la exposición al sol en las horas del día que es más intenso, entre las 10 de la mañana y las 4 de la tarde.
2. Utilice un fotoprotector adecuado a su tipo de piel. Que sea FPS 15 o mayor si su piel es clara. Existen en el mercado diferentes presentaciones, así encontramos aquellas para piel seca, mixta o grasa, piel sensible, para niños o piel madura, para actividades deportivas y resistentes al agua.
¿Cuál es la forma correcta de utilizarlo?
Se aplica en todas las áreas expuestas, o sea, aquellas en las que la ropa no nos protege, que incluyen la cara, el escote, brazos y en algunas personas, las piernas. Para un régimen diario, sin exposición directa, es necesario su uso durante el día, con intervalos de cuatro horas. No olvidar las zonas de las orejas o el cuero cabelludo, en caso de calvicie o en niños pequeños. Si está trabajando, jugando al aire libre o realiza actividades deportivas, además del régimen anterior, debe aplicar una generosa capa protectora 30 minutos antes de la exposición, idealmente sobre la piel seca y se debe repetir la aplicación cada dos horas, después de nadar o sudar, incluso en días nublados. El filtro solar, aunque sea a prueba de agua, puede desprenderse de la piel al secar el agua o el sudor con una toalla. Utilizar también un protector labial ya que los labios también pueden sufrir quemaduras. Renovar el producto anualmente para evitar la disminución de su capacidad protectora.
Recuerde: Nunca debe usarse para prolongar la exposición solar.
3. Use ropa protectora de colores oscuros, como una camisa de manga larga, pantalones, cuando sea posible. El uso de sombrero de ala ancha constituye la mejor manera de reducir al mínimo el daño al rostro, la cabeza, las orejas y el cuello. Utilizar anteojos de sol con una protección UVA y UVB de 99 a 100 por ciento de la radiación ultravioleta.
4. Busque la sombra. Se aconseja permanecer a la sombra, pero no olvide que los árboles, las sombrillas o los toldos no protegen totalmente contra la radiación solar. Además, el agua, la arena, el pavimento y la nieve, reflejan los rayos solares y llegan a la piel desde otros ángulos.
5. Compruebe el índice ultravioleta (UV). Este importante dato le ayuda a planificar sus actividades al aire libre. Constituye un pronóstico diario de la intensidad de la radiación ultravioleta. Es necesaria protección solar siempre que el índice UV prevea niveles de exposición de moderados a altos. Puede obtener información sobre su aplicación en internet.
6. Beber agua con frecuencia en intervalos de dos horas, para evitar la deshidratación y consumir bebidas ricas en antioxidantes.
7. Si está tomando medicamentos, revisar que no sean fotosensibilizantes porque podrían provocar quemaduras al exponerse al sol.
8. Proteja a los niños. La piel de los niños menores de 3 años y de los ancianos es más delicada, por lo que deben utilizar fotoprotectores con un FPS mayor de 25. No es conveniente exponer directamente a los bebés menores de seis meses.
El sol tiene importantes beneficios, ayuda a sintetizar la vitamina D (absorbiendo así el calcio y fósforo), activa la circulación, refuerza el sistema inmunológico, fortalece los huesos y combate la depresión.
Debemos crear un HÁBITO PERMANENTE DE PROTECCIÓN SOLAR como un régimen diario, incluso en período de vacaciones. Si aún no lo ha iniciado, nunca es demasiado tarde para comenzar
RECORDAR QUE NO EXISTE LA “PROTECCIÓN TOTAL” y que el tiempo que permanece expuesto al sol debe ser limitado.
Si toma en cuenta estas recomendaciones, podrá disfrutar de sus vacaciones y actividades diarias, cuidará de su salud, y su piel se lo agradecerá en algunos años.
Dra. María Elena Castelar de Ramos
DERMATÓLOGA
Tels. 2264-7689 y 2264-7514
MEDIDAS PARA PROTEGERSE DEL SOL
1. Limite la exposición al sol en las horas del día que es más intenso, entre las 10 de la mañana y las 4 de la tarde.
2. Utilice un fotoprotector adecuado a su tipo de piel. Que sea FPS 15 o mayor si su piel es clara. Existen en el mercado diferentes presentaciones, así encontramos aquellas para piel seca, mixta o grasa, piel sensible, para niños o piel madura, para actividades deportivas y resistentes al agua.
¿Cuál es la forma correcta de utilizarlo?
Se aplica en todas las áreas expuestas, o sea, aquellas en las que la ropa no nos protege, que incluyen la cara, el escote, brazos y en algunas personas, las piernas. Para un régimen diario, sin exposición directa, es necesario su uso durante el día, con intervalos de cuatro horas. No olvidar las zonas de las orejas o el cuero cabelludo, en caso de calvicie o en niños pequeños. Si está trabajando, jugando al aire libre o realiza actividades deportivas, además del régimen anterior, debe aplicar una generosa capa protectora 30 minutos antes de la exposición, idealmente sobre la piel seca y se debe repetir la aplicación cada dos horas, después de nadar o sudar, incluso en días nublados. El filtro solar, aunque sea a prueba de agua, puede desprenderse de la piel al secar el agua o el sudor con una toalla. Utilizar también un protector labial ya que los labios también pueden sufrir quemaduras. Renovar el producto anualmente para evitar la disminución de su capacidad protectora.
Recuerde: Nunca debe usarse para prolongar la exposición solar.
3. Use ropa protectora de colores oscuros, como una camisa de manga larga, pantalones, cuando sea posible. El uso de sombrero de ala ancha constituye la mejor manera de reducir al mínimo el daño al rostro, la cabeza, las orejas y el cuello. Utilizar anteojos de sol con una protección UVA y UVB de 99 a 100 por ciento de la radiación ultravioleta.
4. Busque la sombra. Se aconseja permanecer a la sombra, pero no olvide que los árboles, las sombrillas o los toldos no protegen totalmente contra la radiación solar. Además, el agua, la arena, el pavimento y la nieve, reflejan los rayos solares y llegan a la piel desde otros ángulos.