Hiperhidrosis es el término médico que describe un trastorno de la sudoración, presente en áreas como las axilas, palmas, plantas y cara.
Se origina por factores genéticos (familiares) que producen una mayor estimulación al sistema nervioso , teniendo como consecuencia que ante factores externos como ansiedad, stress o aumento de temperatura ambiental, la persona suda excesivamente al punto que interfiere con las actividades diarias y las relaciones interpersonales en el trabajo y la sociedad.
Un problema común
Mas del 50% de los pacientes tienen algún grado de afección emocional ocasionado por la sudoración excesiva. El cambio de ropa frecuente, el uso de toallas para las manos o la incomodidad con los zapatos, son algunos de los comentarios que escuchamos de los pacientes con hiperhidrosis.
La sudoración excesiva puede aparecer desde la infancia y persistir hasta la adultez. En nuestro país y debido a las temperaturas ambientales, las personas tendemos a sudar más.
En ocasiones se combina la sudoración excesiva con el aparecimiento de un olor corporal desagradable, condición denominada bromhidrosis. Esta es producida por la presencia de un mayor número de bacterias y la degradación de las mismas.
¿Qué hacer ante estos problemas de sudoración y mal olor?
Utilizar sustancias que disminuyan la sudoración y el mal olor, especialmente el cloruro de aluminio hexahidratado a diferentes concentraciones en presentaciones de roll-on o soluciones. Estos medicamentos deben ser aplicados sobre la piel seca, cada 12 o 24 horas.
Si producen irritación, puede disminuirse con el uso de cremas hidratantes. El efecto puede observarse después de algunas semanas de utilizarlo. Estos desodorantes o soluciones también pueden ser utilizados en la edad pediátrica.
Solo en casos muy severos, que son la minoría, otras opciones como la toxina botulínica, iontoforesis o cirugía deben ser consideradas. Los pacientes que reciben estos últimos tratamientos pueden beneficiarse con el uso de soluciones tópicas como coadyuvantes.