Dentro de las casas se acumulan hasta cinco veces más sustancias contaminantes que en el exterior. La polución entra inevitablemente por las puertas y las ventanas; los zapatos vienen cargados de partículas, y los muebles, los electrodomésticos y otros enseres domésticos liberan gases tóxicos. A fin de cuentas, en el aire hogareño puede formarse un caldo de compuestos volátiles orgánicos nada beneficioso para la salud.
Los gases tóxicos causan el llamado síndrome del edificio enfermo, que provoca obstrucción e irritación nasal, sequedad y picor de los ojos, irritación y erupciones cutáneas, fatiga, dolor de cabeza, pesadez y malestar general.
Para eliminar esos gases, podemos recurrir a algunas plantas que han demostrado su capacidad para mejorar sustancialmente la calidad del aire.
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Cómo purifican las plantas
A través de los estomas –unas pequeñas aberturas en la superficie de las hojas– estas plantas absorben el dióxido de carbono y el oxígeno que necesitan para vivir, pero también otras sustancias que se encuentran en el aire y que no son nada beneficiosas, como formaldehído, xileno, amoniaco, benceno, etanol, tricloroetileno o acetona.
Estos gases circulan desde las hojas hasta las raíces, donde son excretados a la tierra junto con otras sustancias. Allí, los microbios los descomponen y devuelven a la planta sustancias alimenticias. En definitiva, son unas depuradoras ideales.
Otros beneficios de tener plantas
Otra cualidad importante es que aportan humedad –hasta un 10%–, especialmente necesaria en los ambientes interiores sometidos al aire acondicionado y a la calefacción, porque la sequedad de las mucosas incrementa el riesgo de que aparezcan infecciones.
Además de limpiar el aire, la presencia de las plantas produce un efecto relajante y ayudan a mantenerse en contacto con algo naturaleza.
Por ello hemos seleccionado plantas que se encuentran con facilidad en cualquier comercio de jardinería.
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Azalea
Rhododendron simsii
Ambiente: en semisombra. Temperatura mínima de 7º C y máxima de 20º C.
Capacidad eliminadora: 6
Resistencia a los insectos: 5
Facilidad de cuidado: 4
Capacidad humidificadora: 5
Gases que absorbe: 6 mcg de formaldehído por hora y 3 mcg de amoniaco.
Palma bambú
Chamaedorea seifrizii
Ambiente: luz del sol indirecta. Temperatura mínima de 10 ºC y máxima de 24 ºC.
Capacidad eliminadora: 9
Resistencia a los insectos: 8
Facilidad de cuidado: 8
Capacidad humidificadora: 9
Gases que absorbe: 14 mcg de formaldehído por hora, benceno y tricloroetileno.
Dieffenbachia
Dieffenbachia Exotica compacta
Ambiente: iluminación moderada. Temperatura mínima de 9 ºC y máxima de 27 ºC.
Capacidad eliminadora: 7
Resistencia a los insectos: 6
Facilidad de cuidado: 8
Capacidad humidificadora: 7
Gases que absorbe: 5 mcg de formaldehído y 10 mcg de xileno y tolueno por hora.
Ficus
Ficus robusta
Ambiente: entre soleado y casi sombra. Entre 16ºC y 27ºC de temperaturas mínima y máxima.
Capacidad eliminadora: 9
Resistencia a los insectos: 8
Facilidad de cuidado: 9
Capacidad humidificadora: 7
Gases que absorbe: 12 mcg de formaldehído por hora.
Cintas
Chlorophytum comosum
Ambiente: entre iluminado y sombra. Mínima de 13º C y máxima de 28º C.
Capacidad eliminadora: 6
Resistencia a los insectos: 5
Facilidad de cuidado: 6
Capacidad humidificadora: 5
Gases que absorbe: 7 mcg de formaldehído por hora.
Palmera enana
Phoenix roebelenii
Ambiente: entre sol y sombra. De 10º C de temperatura mínima a 21º C de máxima.
Capacidad eliminadora: 9
Resistencia a los insectos: 8
Facilidad de cuidado: 7
Capacidad humidificadora: 7
Gases que absorbe: 14 mcg de formaldehído y 18 mcg de xileno y tolueno por hora.