Despedirse del estrés puede ser más fácil de lo que creías
Si tu meta para este 2017 es llevar una vida sin tantas tensiones, este artículo es para ti. Olvídate que para dejar a un lado el estrés necesitas unas largas vacaciones o una lujosa y -dicho sea de paso- costosa salida al spa. La vida diaria está llena de pequeños placeres que vistos desde una nueva perspectiva ayudan a distraernos de las aflicciones del día a día y a ser más felices. Estos son nuestras favoritos:
1. Jardinería
Hay algo fascinante en ver cómo una semillita pasa a ser una planta y que después dé un fruto. Con la jardinería dejas descansar a tu cabeza de los problemas cotidianos y empiezas a pensar en función de qué le hace mejor a tu jardín. ¡Anímate! Puede ser un huerto o simplemente flores, observa tu casa y encontrarás aunque sea un pequeño espacio para este fin.
2. Cocinar
No hablamos de cocinar a la carrera el almuerzo del próximo día, sino de esmerarte por algo nuevo o por una comida que requiera cierto tiempo. Con “cocinar” nos referimos a hacer el espacio necesario para ir a comprar los ingredientes, preparar el platillo y disfrutar de tu creación, ¡no se necesita de un gran presupuesto!
3. Un regalo DIY
Las manualidades no son para todas las personas, algunos nos estresamos con solo pensar en tomar una pistola de silicón, pero confía en nosotros cuando te decimos que si desde un principio inicias la labor pensando en que será para alguien especial, te ayudará a relajarte. Algunas ideas con el crochet, pintura con acuarela, un bordado o una pieza de cerámica.
4. Correr
Está más que comprobado que el ejercicio es un excelente antidepresivo y libera al cuerpo del estrés, pero si lo tuyo no es el gimnasio, entonces prueba correr. Esta actividad, acompañada de una playlist enérgica, da una sensación de libertad inigualable. Mientras corres, evita tensionar tu quijada y puños; relaja los hombros y trata de mantener tu mente en el camino.
5. Haz voluntariado
Para hacer voluntariado no es necesario pertenecer a una organización, puedes ayudar a un familiar o un vecino, lo importante es que sea una ayuda constante. Puede ser con los quehaceres de la casa, a podar el jardín, etc. A veces es por medio de los problemas de los demás que nos damos cuenta que los propios no son tan grandes como los pensábamos.