Conocer las zonas erógenas de los hombres te marca el camino indicado para saber qué lugares estimular para llevar a tu pareja al máximo placer. Además, contar con esta información te hará sentir más confiada, liberada y segura en el sexo -algo que a muchas a veces les cuesta- porque vas a ir viendo cómo él se excita mientras pones en práctica tus movimientos.
Orejas
Las orejas son un punto muy sensible, tanto para mujeres como para los hombres y, aunque no lo creas, unas caricias, besos e incluso mordiscones en los lóbulos de las orejas pueden llegar a ser muy excitantes. Definitivamente, no debemos olvidarlas en el juego previo.
Reserva tus caricias para la oreja izquierda y, sobre la derecha, susúrrale qué es lo que quieres hacer con él en ese momento. Ocurre que la oreja derecha está conectada al lado derecho del cerebro, que es la que siente las emociones.
Cuello
Tanto a hombres como a mujeres les encantan los besos en el cuello, pues este tiene muchas terminaciones nerviosas sensibles a los estímulos, sobre todo el área de la clavícula y la línea donde comienza el cabello.
Lo ideal es combinar dos movimientos: acaricia el cuello mientras mordisqueas suavemente el lóbulo de sus orejas y él enloquecerá.
Escroto
Yendo más hacia abajo y acercándonos a los genitales, tenemos una de las zonas erógenas masculinas más importantes: el escroto. Recuerda que las caricias deben ser suaves (usa la yema de tus dedos) porque los testículos y el saco escrotal en sí son extremadamente sensibles. Nunca los tomes con fuerza o ni lo muerdas porque ¡lo harás sufrir!
Perineo
Con simplemente presionar el área del perineo con la yema de los dedos se puede inducir o retomar una erección. El perineo es la zona que se encuentra entre el pene y el ano, o en otras palabras, la parte posterior del escroto.
Glande
Es la zona erógena del hombre por excelencia y, bien estimulada, da un placer intenso. En algunos hombres es más sensible que en otros, así que consulta a tu pareja de qué manera le gusta más el sexo oral para que tu desempeño sea exitoso.
Pectorales
Aquí puedes hacer de todo: besar, lamer, succionar, acariciar, masajear. Comienza suavemente y luego incrementa la intensidad. ¡Mira su reacción! Luego baja hacia la parte de los abdominales bajos, entre el ombligo y la pelvis, otra gran zona erógena, pues los estímulos allí estimulan el flujo de sangre hacia la pelvis y van creando más tensión sexual.
La mente
Las zonas erógenas no solo son aquellas sensibles al tacto. También podemos excitarnos sexualmente con otros sentidos, principalmente la vista y el oído. Los hombres son muy visuales: ya con ver a su chica en ropa interior y encima excitada e imaginando lo que se viene, se vuelven locos. Más aún, si tomas la iniciativa y le susurras al oído alguna frase erótica.
Según Barbara Bartlik, doctora y terapeuta sexual de Nueva York, cuando la mente "se enciende", también se enciende el cuerpo en respuesta.
Fuente imujer.com