Salud

“Vivo en un mundo de paz, porque no escucho nada”

lunes 30, septiembre 2013 - 3:30 pm

Dia-del-sordo

¿Qué pasaría si de repente perdiéramos el sentido del oído? Para muchos esto sería una catástrofe, sin embargo, para personas como Camila, que nacen con esta condición, esta es una bendición, con la que hay que aprender a vivir.

De acuerdo con la Federación Mundial de Sordos, se cuentan más de 70 millones de personas con deficiencias auditivas en el mundo y aunque en El Salvador, no hay cifras oficiales de personas con esta condición, lo cierto es que hay un buen porcentaje que lucha por hacerse valer y escuchar.

La historia de Camila, no es nada alejada de la de muchos salvadoreños, ella al igual que el 90 % de sordos, tiene padres oyentes, pero en su caso, ella y su hermano, tres años mayor, son los únicos en su familia que heredaron un gen no compatible, causante de esta condición.

publicidad

Su hermano a la edad de nueve meses fue diagnosticado con sordera total, después de que sus padres advirtieron que él no atendía los ruidos de un carrito de juguete que tenía. Se le hicieron varios exámenes en Estados Unidos, en donde le dieron el diagnóstico final.

Por eso, cuando Camila nació, la historia fue diferente, sus padres con el antecedente de su hermano, sospecharon en el embarazo, de que ella podría nacer con la misma condición. Efectivamente así fue.

Camila inició rápidamente su proceso de estimulación temprana a los nueve meses, aprendiendo el lenguaje de señas, la gramática. Durante los primeros años asistió a la escuela cristiana de sordos, pero más tarde, su madre al igual que a su hermano, la trasladó a una escuela de niños oyentes.

Ese ha sido el proceso más duro para Camila, explica, los niños eran muy crueles, y el proceso de aprendizaje se volvía más complicado.

Hoy, con 18 años, es una de las alumnas más destacadas, estudia tercer año de bachillerato en diseño gráfico en el Colegio Ricaldone, sabe dos idiomas de señas, gramática española, y completó su nivel de inglés en la Universidad Centroamericana, UCA.

Nada que envidiarle a un joven de su edad, ni siquiera el poder de audición, porque ella es feliz de esta manera. “Todos los niños sordos deben saber que este no es ningún impedimento para completar sus sueños, no es ningún obstáculo”, señala Camila.

“He usado el aparato para poder escuchar y realmente no me gusta, es muy molesto para mí”, explica Camila Aceituno de 18 años, quien nació con sordera total.



RECOMENDACIÓN DE LA REDACCIÓN





Opina y Comenta

VIDASANA abre este espacio de opiniones para que se pueda debatir, construir ideas y fomentar la reflexión. Por eso, pedimos que se evite hacer uso de ataques ofensivos, que incluyan malas palabras, de lo contrario nos reservamos el derecho de publicación.

Recuerde que este es un medio que está para generar opinión constructiva.

Deja un comentario