Distintos estudios científicos han demostrado que los habitantes de los países que siguen la dieta mediterránea y por tanto consumen vino en cantidades moderadas tienen un menor riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.

Tal fue el caso de Francia. Resultaba paradójico que los franceses mostrasen altos niveles de colesterol, (debido al consumo de mantequillas, natas y quesos) y, sin embargo, presentaran una mortalidad baja por problemas de corazón. A este hecho se le llamó " la paradoja francesa".

Más tarde, se observó que los franceses a diferencia de los habitantes de los países nórdicos tomaban en las comidas una copa de vino tinto. El poder antioxidante del vino tinto A partir de ahí, la atención fue dirigida a los componentes no alcohólicos del vino tinto y al análisis de los taninos.

Los taninos son sustancias naturales de las pieles y semillas de la uva, astringentes y amargas que proceden de la maceración de los hollejos y de la crianza en madera. Su presencia se percibe en la lengua y en las encías. Pero lo importante es que se descubrió que el hollejo de las uvas negras contiene un amplio rango de compuestos fenólicos. Concretamente ácidos fenólicos, flavonoides y resveratrol que tienen una gran capacidad de proteger a las lipoproteínas LDL de la oxidación. (Inhiben el colesterol malo, que una vez oxidado pasaría a formar una placa de ateroma en la pared de las arterias). La "paradoja francesa" tenía su explicación: una copa de vino tinto en las comidas contribuye a evitar que las plaquetas sanguíneas se aglutinen.

Los radicales libres y el envejecimiento

Hoy se sabe que el proceso de envejecimiento así como la aparición de algunas enfermedades, se debe al efecto de los "radicales libres". Es decir, a ciertas partículas que oxidan nuestras células.

Podemos combatir los radicales libres consumiendo antioxidantes artificiales (vitamina C, vitamina E, betacarotenos) o recurriendo a una alimentación sana con altas dosis de verduras y frutas frescas, aceite de oliva y vino tinto con moderación.

Por lo tanto, les recomiendo acompañar las comidas con una copa de Viña Maipo Reserva Cabernet Sauvignon porque además de ser rico ayuda a tener una mejor salud y a digerir mejor las comidas. Salud!

Por:

Licda. Karine Mollenhauer

Enóloga de Viña Maipo.

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