Salud

Una pasarela de inspiración, amor y lucha contra el cáncer

jueves 22, octubre 2015 - 8:11 am

fundación

TRES MUJERES DEMUESTRAN QUE NO SOLO ES POSIBLE SUPERAR ESTA ENFERMEDAD, SINO QUE INCLUSO, SE PUEDE SER MÁS BELLA DESPUÉS DE ESTA LUCHA.

CLAUDIA, ANDREA Y KAREN no son las únicas. Con ellas hay diez más que participan en un evento único en el país y la región, “Arte, Moda y Cáncer”, una pasarela de modas que tiene como protagonistas a mujeres que han superado el cáncer, un desfile que expone la valentía, sonrisas y positivismo que hay detrás de miles de casos que año con año forman parte de las altas estadísticas de esta enfermedad en el país. Así es como desde el 2010, la fundación Edificando Vidas con Marcela Carrillo como fundadora, comenzaron con esta actividad que actualmente es una de las más esperadas por quienes de alguna manera u otra están involucrados con la enfermedad.

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“No es un concurso de belleza, es una iniciativa que tiene como objetivo elevar el autoestima de las mujeres que han atravesado el cáncer de mama”, detalla Carrillo.

  • KAREN DE PORTILLO 35 AÑOS

Sonrisa genuina, una mirada llena de esperanza y una historia llena de amor, es la que hay detrás de Karen, entre risas cuenta que en ningún momento quería ser parte del desfile, incluso tenía la coartada perfecta: “aún no estoy preparada”, pero cuando escuchó el nombre de la campaña “Amor... la única cura al cáncer”, algo hizo clic en ella y decidió participar, además tenía la insistencia de su hija de 13 años para que se uniera.

Para Karen, la lucha contra el cáncer de mama comenzó el 1º de octubre de 2014, pero la sospecha comenzó en 2012 cuando sintió una bolita en una de sus mamas, luego de una ultrasonografía que no mostró nada alarmante, Karen quedó embarazada y la preocupación quedó a un lado.

“Después de tener a mi hija, quedé con sobrepeso. Luego de dietas y ejercicios, me volví a sentir la bolita, con una nueva ultra, a mi doctora no le pareció una buena señal y me recomendó una mamografía; con resultados sospechosos, me programaron una biopsia. Yo ya tenía el presentimiento”, cuenta.

“Yo siempre he sido una persona de fe y cuando me dijeron que era un cáncer en etapa 2, di gracias a Dios por haber sido yo la diagnosticada y no alguien más de mi familia. Siempre les decía que Dios sabe cómo lleva el control de las cosas y al final me tocaba animarlos a ellos”, cuenta.

“En ese tiempo, mi esposo conoció a la fundación Edificando Vidas y el apoyo emocional que recibimos fue pieza importante”, comenta.

Luego de 20 radioterapias y ocho quimioterapias, la fe de Karen es más fuerte que nunca. Sus tratamientos finalizaron en julio de 2015 y ahora está envuelta entre chequeos anuales y los preparativos de su primer desfile junto a otras grandes mujeres que superaron la enfermedad.

Karen

“EL AMOR DE MIS HIJOS, ESPOSO Y FAMILIA HA SIDO UN GRAN APOYO”, asegura.

CLAUDIA ÁVILA DE BONILLA 41 AÑOS

De las tres, es la que no dudó en ningún momento para formar parte de este desfile. Claudia también afirma que quiere servir de apoyo a personas que están atravesando esta enfermedad.

“Yo siempre cada octubre por ser el mes del cáncer me hago los chequeos por prevención y así fue el año pasado; ocho días antes de los chequeos me había sentido en un seno, una bolita. La doctora se preocupó porque era algo que no estaba hace un año”, explica.

“El 29 de octubre de 2014 recibí el diagnóstico de cáncer, pero la doctora me decía que lo viera del lado positivo, que podría ponerme un implante y todo estaría bien, pero para mí, fue cómo recibir la noticia de que pronto moriría. Pensaba en los momentos en familia con mis hermanas, sus esposos e hijos y me imaginaba que pronto yo no los vería más y que a mi esposo le tocaría estar solo en esas circunstancias. Fueron ocho días en los que no me maquillaba, porque me la pasaba llorando”.

Claudia fue operada el 11 de noviembre. “Fue como si Dios me hubiera dado una segunda oportunidad”.

El proceso de la quimioterapia fue como otra etapa, cuenta, su hijo de once años lloraba al decirle que se le caería el cabello. “Pasé ocho días sin lavármelo para que no se me cayera y no me viera así. Le dije a mi esposo que hablara con él; después de la segunda quimioterapia pedí que me raparan el cabello y mi hijo al verme me dijo: ´mami, que linda te ves, acordate que la belleza está por dentro, pero tú también te ves linda por fuera´. Gracias a la fundación Edificando Vidas, Claudia además de apoyo emocional, también recibió una peluca para afrontar esta situación.

El 2 de mayo, Claudia recibió su última quimioterapia y confiesa que esto además de ser una etapa que unió más a su familia, ella junto a su esposo y dos hijos se acercaron más a Dios.

Claudia

“AHORA ME ENFOCO EN VIVIR UN DÍA A LA VEZ”, confiesa.

ANDREA TORRES 31 AÑOS

La más joven de las tres, Andrea es una mujer cuya tenacidad la ha llevado a enfrentar esta enfermedad con la mejor de las actitudes. Y ahora a través del desfile y la fundación quiere ser inspiración para que mujeres en este proceso piensen en lo que pueden lograr.

Guatemalteca y recién casada con un canadiense; Andrea fue diagnosticada a sus 29 años con cáncer de mama.

“Siempre he sido una persona deportista, como lo más sano que puedo y nunca me enfermaba, pero un día sentí una bolita en el seno, programé una ultrasonografía y me dijeron que todo estaba bien, que regresara a los seis meses. Luego de una biopsia en Guatemala, el resultado fue cáncer, llamé a mi esposo para contarle y una semana después me operaron para quitarme el tumor, pero quedaron ramificaciones y tuve que someterme a una segunda cirugía para remover todo el seno y ahora puedo decir que sin mi esposo, familia y amigos… hoy no estaría contando la historia”, afirma.

Después de la segunda quimioterapia y con el cabello hasta la cintura, Andrea decidió rapárselo “y a lo que más temor le tenía, hoy me encanta”. Su última quimioterapia fue en septiembre del año pasado y desde entonces, mantiene el look corto.

“Celebrando mi último tratamiento, dos días después recibo la noticia que mi madre fue diagnosticada también con cáncer de mamá. Sorprendentemente no es un cáncer genético, pero Dios es perfecto y creo que me puso en este camino para luchar junto a ella y guiarla; se invirtieron los papeles y fui yo la que estuvo explicándole la situación por la que pasaría. Acaba de terminar su última quimioterapia y tenemos la fe de que el cáncer no volverá”.

Andrea tomó la decisión de extraerse la otra mama y someterse a una cirugía reconstructiva y afirma que hoy se siente mejor que nunca.Andrea

“CUANDO PASAS POR COSAS FUERTES, CRECES ESPIRITUALMENTE”, reflexiona.



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