Son las 4:50 de un día viernes, la tarde es perfecta, a tan solo unos minutos de poder escapar de una rutina de 5 días de arduo trabajo o estudio, y esto automáticamente nos llena de satisfacción.
Normalmente, después de relajarnos en el fin de semana, no queremos que este se acabe; por lo tanto nuestro cerebro rechaza la sola idea de dar por terminada su fase de relajación, y los lunes son los días en los que iniciamos todo tipo de actividades (académicas, laborales), que representan un compromiso, un deber, una tarea pendiente que muchas veces no se quiere hacer pero se “tiene” que hacer.
Muchas personas, desde el domingo en la noche, pasan por una etapa de angustia, pensando que en pocas horas comenzará el lunes, adoptando una actitud de rechazo hacia ese día… Pero... ¿qué pasaría si nuestra semana laboral o académica empezara el jueves? ¿Le tendríamos terror al jueves? La respuesta es SÍ.
Podemos deducir que al existir una apatía al lunes nos provoca ir postergar las actividades para el siguiente día, porque nuestro cerebro aún sigue acomodado al fin de semana.
¿Qué puedes hacer al respecto, para cambiar esta actitud?
- El domingo puedes organizarte, tomar tu agenda y enumerar las actividades que tienes que hacer el lunes, esto te ayudará a descansar tranquilamente y no abrumarte y desesperarte por las actividades que aun no inician.
- Determinar si las actividades que inicias en día lunes, las haces por obligación o compromiso y cambiar esa mentalidad por una actitud motivadora.
- Empezar el día con un buen desayuno que te llene de energía, ya tu cuerpo, al estar apagado, necesita energía.
En nuestro afán de disfrutar lo último que queda del fin de semana, llegamos a trasnochar demasiado, lo que provoca que descansemos poco y no tengamos nada de ánimos de ni siquiera abrir los ojos, se comprende que las energías de un joven no las posee un adulto, pero el no descansar las horas apropiadas, hace estragos en nuestro organismos a largo plazo. Te recomendamos dormir las horas apropiadas y descansar el cerebro de pensamientos angustiantes.