Los sistemas de salud actuales no están preparados para atender a pacientes con alzheimer, sobre todo porque la demencia es la principal causa de dependencia en las personas mayores y no existen tantos cuidadores como nuevos pacientes diagnosticados, de acuerdo con un reporte de la organización Alzheimer´s Disease International (ADI).
En todo el mundo, solo una de cada cuatro personas con demencia recibe un diagnóstico formal, lo que significa que apenas una cuarta parte de los pacientes tienen acceso a un tratamiento y cuidado adecuados.
Es fundamental que el paciente sea evaluado por un médico especialista, capaz de identificar el tratamiento adecuado para cada caso, según el avance de la enfermedad.
La enfermedad de alzheimer es el tipo más común de demencia, suele aparecer a partir de los 65 años y es considerada como una enfermedad sub diagnosticada, ya que sus manifestaciones iniciales se pueden atribuir al proceso normal de envejecimiento.
El diagnóstico y tratamiento temprano permiten a las personas con demencia planificar su futuro mientras tienen la capacidad de tomar decisiones importantes. Los pacientes y su familia pueden recibir información, asesoramiento, apoyo y tratamiento que permitirán mantener la calidad de vida.
Los tratamientos actuales se enfocan en ayudar a las personas a mantener su funcionamiento mental, en manejar los síntomas relacionados al comportamiento, y en desacelerar o retrasar el avance de la enfermedad.
“Regalemos memoria” es el nombre de la campaña de sensibilización que Pfizer implementará en el marco del Día Mundial del Alzheimer.
La campaña tiene como objetivo enseñar a las personas a identificar las 10 señales de la enfermedad:
- Cambios de memoria que dificultan la vida cotidiana.
- Dificultad para planificar o resolver problemas.
- Dificultad para desempeñar tareas habituales en la casa, en el trabajo o en su tiempo libre.
- Desorientación de tiempo o lugar.
- Dificultad para comprender imágenes visuales y cómo objetos se relacionan uno al otro en el ambiente.
- Nuevos problemas con el uso de palabras en el habla o lo escrito.
- Colocación de objetos fuera de lugar y la falta de habilidad para retrasar sus pasos y recordar que hizo.
- Disminución o falta del buen juicio.
- Pérdida de iniciativa para tomar parte en el trabajo o en las actividades sociales.
- Cambios en el humor o la personalidad.