Durante mucho tiempo, científicos se han empeñado en demostrar los beneficios que el sexo tiene para la salud y han descubierto que mejora el sistema cardiovascular, el neurológico y el inmunológico. Ahora bien, qué pasa si pensamos lo contrario. ¿Hay consecuencias cuando una persona deja de tener relaciones?
Para investigadores europeos “nadie puede dejar de comportarse como ser sexual”, es decir, a pesar que una persona no sostenga relaciones, el humano sigue teniendo fantasías sexuales y expresa sentimientos y deseos.
Hay algunas circunstancias en las que “el déficit de relaciones sexuales” podría ocasionar alteraciones en la salud de las personas, aunque no en todos los casos es así. Una de estas excepciones es para quienes dicen que la falta de actividad sexual se traduce en hipertensión. Muchos dicen que el sexo es bueno para la tensión arterial; sin embargo, no por dejar de hacerlo, adquirirá una enfermedad.
Entre las principales consecuencias (reales) que se derivan del cese de las relaciones sexuales, podemos enumerar:
- Ansiedad. Una persona que ha tenido una vida sexual activa, al abstenerse, siente la ausencia, es consciente de ello y comienza a desarrollar afectaciones psicológicas. Por ejemplo, la persona puede sufrir episodios de estrés, falta de sueño y preocupaciones.
- Agresividad. Algunos estudios demuestran que las sociedades con “moral sexual flexible” y actividad intensa, suelen ser pacíficas; mientras que aquellas culturas que son tildadas como bélicas, se ha relacionado con una actividad sexual represiva.
- Menos inteligencia. El sexo está íntimamente ligado a la neurogénesis (creación de nuevas neuronas) y la mejora de la función cognitiva. Si las relaciones se detienen, la producción de neuronas se ve reducida.
- Descuido de genitales. Mientras una persona mantiene relaciones sexuales con cierta frecuencia, es consciente de los cuidados de sus genitales. En los hombres, además, esta condición les podría ocasionar disfunción eréctil.