El café es una de las bebidas más consumidas en nuestro país y en el mundo. Muchas son las personas que no pueden comenzar el día sin beber una o incluso más tazas de café, una cantidad que se incrementa con el paso del día.
Por ello, son muchos los estudios que se centran en el efecto que tiene el consumo de café en la salud, sobre todo, en cuanto a la salud cardiovascular se refiere. Por ejemplo, un reciente estudio indicaba que el riesgo de sufrir arritmias no aumentaba con el consumo moderado de café.
De hecho, aunque antiguamente se relacionaba esta bebida con una mayor posibilidad de sufrir enfermedades cardiovasculares, lo cierto es que las nuevas investigaciones revelan que el café no es tan malo, siempre y cuando no se consuma de forma excesiva.
Así, desde Mayo Clinic apuntan a que las investigaciones más recientes sugieren que, en realidad, el café puede tener beneficios para la salud: "Las primeras investigaciones sobre el café no siempre tuvieron en cuenta que los grandes bebedores de café también tendían a consumir tabaco y a ser sedentarios", explican. "Cuando los estudios más recientes se ajustaron según esos factores, encontraron una posible asociación entre el café y la disminución de la mortalidad", añaden.
De este modo, el consumo de café puede reducir el riesgo de sufrir enfermedades como el Parkinson, la diabetes tipo 2, la enfermedad hepática, incluido el cáncer de hígado, o el ataque al corazón y el accidente cerebrovascular.
Sin embargo, no hay que dejar de lado que el café sigue siendo una bebida con alto contenido en cafeína, por lo tanto, no se puede abusar de ella. De hecho, puede aumentar temporalmente la presión arterial y no se recomienda su consumo excesivo a embarazadas o a mujeres en periodo de lactancia por la cafeína.
Los características nutricionales del café
En primer lugar, hay que saber que el café contiene ácidos orgánicos, como el ácido cafeico, polifenol con capacidad antioxidante, que influyen en el sabor, olor y aroma del café y son responsables de su acidez, tal y como indican desde la Fundación Española de Nutrición (FEN).
Igualmente, posee diferentes minerales, por lo que es fuente de potasio, magnesio o calcio. Así, posee 66 mg, 6 mg y 5 mg, respectivamente, por cada 100 gramos de producto.
Por otro lado, posee vitaminas, como la niacina, aunque su valor nutritivo es casi nulo, ya que se necesita muy poca cantidad de producto para hacer una taza de café.
"La cafeína es un alcaloide que penetra con facilidad en todas las células del organismo y estimula la transmisión de los impulsos entre las neuronas. La ingesta de cafeína de hasta 400 mg/día proveniente de todas las fuentes no da lugar a problemas de salud en población adulta sana excepto en el caso de las mujeres embarazadas, donde esta cantidad se limita a 200 mg/día", explican desde FEN.
Además, añaden que "el consumo frecuente de café lleva consigo una adaptación a la cafeína, que no adicción, y esto explica que personas habituadas a tomarlo puedan experimentar síntomas". Estos síntomas que se dan cuando las personas habituadas al café no lo consumen son: cansancio, irritabilidad, falta de concentración o dolor de cabeza.