En primer lugar, los padres deben estar seguros que es el momento adecuado para que su hijo inicie la escuela, esa seguridad la percibirá el niño.
Hay que armarse de paciencia, es normal que algunos niños lloren, y que otros lo tomen con calma, dele a su hijo el tiempo que requiera, puede ser un día o más.
Explíquele que no es un abandono y que volverá por él.
No lo compare con otros niños que no lloran, recuerde que su hijo viene de una familia totalmente distinta, con padres distintos, con costumbres diferentes y, sobre todo, con un temperamento y carácter único.
Sea firme en la decisión de dejarlo, estar tranquilo y verifique que ha logrado calmarse.
Prepare una lista donde detalle qué cosas puede hacer para que la maestra pueda calmar a su hijo. Recuerde, es el primer día y ellos no se conocen.
Si puede tener acceso a que su hijo conozca con anticipación a la maestra que le atenderá, excelente, ustedes mismos como padres pueden propiciarlo. Lo importante es suavizar este delicado y especial momento.
Astrid Guissell López
Psicóloga
guissell7@hotmail.com