¿Alguna ocasión fingiste un orgasmo durante un encuentro sexual? Lo más probable es que sí, la mayoría de personas lo han hecho, detrás de esta práctica existen razones que nos incitan a llevarla a cabo, sin embargo encierra algunos problemas cuando fingir se vuelve una rutina.
Los sexólogos de la Universidad de Kansas publicaron los resultados de su última investigación en la revista científica The journal of sex research, donde revelan que 68% de las mujeres y 33% de los hombres afirmaron haber fingido un orgasmo en alguna ocasión durante sus encuentros sexuales.
Una de las razones más comunes que nos llevan a fingir orgasmos, es no defraudar a la pareja, durante el sexo deseamos complacer al otro y alcanzar el clímax es considerado un premio compartido.
Otra razón se encuentra relacionada con las apariencias, en ocasiones queremos aliviar la presión que siente nuestra pareja por lograr satisfacernos, quedar bien y dejar una buena imagen de nosotros.
Si estamos continuamente pensando en complacer y agradar a los demás quizá nos estemos olvidando de algo realmente importante… ¡nuestro propio placer!
¿Por qué deberías dejar de fingirlos?
Al simular que obtienes placer de determinadas maneras estamos favoreciendo y perpetuando prácticas que en realidad no nos estimulan lo suficiente, debes reconocer que disfrutas más y que no.
Entre más tiempo dejas pasar, será más difícil cambiar nuestra conducta y la de nuestra pareja, que ya se encuentra ambientada a “complacerte” de una manera donde no lo consigue.
Lejos de esas escenas de gritos y ruidos extraños, por si todavía tienes dudas de lo que realmente ocurre en tu cuerpo cuando tienes un orgasmo, te compartimos unos signos que te ayudaran a descubrir si tu pareja lo finge.
- Aumenta considerablemente el ritmo cardíaco y respiración
- La piel se siente más caliente y sudorosa
- La zona del pecho y el abdomen se ruborizan
- Las pupilas se dilatan en el momento cercano al orgasmo
La comunicación es importante, no es sano tener encuentros sexuales fingidos, ni mucho menos acostumbrarse a ellos. Piensa en ti, en tus necesidades, mereces una relación estable que logre satisfacer en todos los aspectos.