El consumo de azúcar y cafeína superior al recomendado por las guías podría estar detrás de este efecto.
El consumo de bebidas energéticas azucaradas, además de estar ligado a un mayor riesgo de obesidad, podría relacionarse con el trastorno por síndrome de hiperactividad y déficit de atención (TDAH). Lo asegura una investigación que se publica en « Academic Pediatrics» cuyos resultados muestran que los niños que consumen grandes cantidades de este tipo de refrescos podrían ser un 66% más propensos a padecer TDAH.
El hallazgo, señalan los investigadores de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Yale (EE.UU.), podría tener implicaciones para evitar el fracaso escolar y sugiere que se debería limitar el consumo de estas bebidas entre los escolares, que además de los altos niveles de azúcar contienen a menudo cafeína.
Tras analizar a 1.649 estudiantes de secundaria, el equipo dirigido por Jeannette Ickovics, ha visto que a medida que aumentaba el número total de bebidas azucaradas, también lo hacía el riesgo de TDAH entre los estudiantes. Para Ickovics, «los resultados refuerzan las recomendaciones de la Academia Americana de Pediatría (y de otras instituciones) que aconsejan limitar el consumo de bebidas azucaradas y energéticas».
Demasiada azúcar
Los expertos advierten que algunas de estas bebidas edulcoradas y energéticas que son populares entre los estudiantes contienen hasta 40 gramos de azúcar. En el caso de este estudio, los participantes consumieron una media de dos bebidas azucaradas al día. Los expertos en salud recomiendan que los niños tomen un máximo de 21 a 33 gramos de azúcar al día (dependiendo de la edad).
Además de la hiperactividad y falta de atención, las bebidas azucaradas también impactan sobre la obesidad infantil, advierte Ickovics, y son la principal causa de exceso calorías en las dietas de los niños obesos.
Fuente abc.es