¡Mamá, tengo flojo un diente!”. Esas palabras representan un punto importante en el crecimiento de su niño. Sabemos que los dientes de leche se tienen que caer para que puedan crecer los dientes permanentes. Y es un proceso que tarda alrededor de seis años.
Muchos niños se emocionan cuando sienten que uno de sus dientecitos se mueve. También se alegran al saber que pronto los visitará “el ratón”. Sin embargo, otros pequeños le temen al dolor. Si su niño está angustiado, puede tranquilizarlo asegurándole que probablemente no le dolerá.
El primero en salir es el primero en caerse
Los 20 dientes de leche de un niño, generalmente empiezan a salir alrededor de los 6 meses de edad. Para los 3 años, casi todos los niños tienen bien instalados todos sus dientes de leche, los cuales suelen caerse en el mismo orden en el que salieron.
Esto significa que los dientes del medio de la mandíbula inferior son normalmente los primeros en caerse, entre 5 y 6 años. Los dos superiores centrales serán los siguientes y el proceso puede tardar hasta que sus hijos cumplen 12 o 13 años. Todo depende de cuándo empiezan a “mudar” los dientes, pues cada niño tiene un tiempo diferente.
Si a su niño se le empiezan a caer los dientes temporales antes de los 4 años, es recomendable que consulte con un dentista para asegurarse que no se debe a una enfermedad dental.
También puede ser que un niño de 7 años tenga todavía los dientes de leche. Aunque lo más probable es que no tenga ningún problema, es aconsejable llevarlo al dentista.