Existe un mundo de plenitud, confianza, amor y felicidad que todos nos merecemos!... Una premisa que la mayoría aceptamos. Pero las dificultades se presentan cuando ese mundo no llega a nuestras vidas y nos preguntamos ¿qué pasa conmigo? Por qué no encuentro el amor que anhelo?, por qué no prospero económicamente?, por qué siento que mi vida está estancada?...
Y la respuesta a estas interrogantes y más, es el MERECIMIENTO. ¿Cuántas veces hemos sentido que no nos merecemos ser admirados, ser amados, recibir un regalo, aceptar una invitación, que nos den una condecoración o aún, que nos tomen en serio? También, ¿cuántas veces hemos sentido que la persona con quien compartimos nuestra vida no se merece nuestra atención, nuestros cuidados, el fruto de nuestro trabajo, nuestro cariño, nuestro cuerpo?
El merecimiento es uno de los obstáculos más importantes que cualquier individuo debe superar. Ha sido la razón de la ruptura de muchas relaciones y la aceptación de vidas monótonas. Esto cambiará hasta que transformemos nuestra actitud respecto al merecimiento.
Es una realidad aceptada por todos que hemos nacido para ser felices, que nuestro destino es vivir, y vida es sinónimo de disfrute, de goce, de realizaciones, de paz y especialmente de amor. Sin embargo, es importante aceptar desde el corazón esta verdad, de lo contrario seres artífices de auto-sabotajes constantes en nuestro camino a la felicidad.
Todos queremos amor, pero…hablando de Amor, ¿amar es dar sin esperar nada a cambio? En el sentido más puro, Si. Pero ¿quién da lo que no tiene?, respuesta: nadie. Así que también es importante saber recibir, también es importante valorar lo que doy, también es importante poner límites a otros, también es importante pensar en mi persona: cuidarme, amarme, comprenderme, etc.
Saber recibir es imperativo. No necesitamos corresponder a cualquier tipo de manifestación de respeto, admiración o cariño, de la especie que sea, con otra igual o superior. Es decir, si recibimos un presente, un comentario amable, no necesariamente debemos devolver algo similar, por el contrario, debemos entender que para quien nos lo está dando, es una maravillosa posibilidad de desarrollar su sentimiento hacia nosotros y para nosotros un excelente alimento para nuestra autoestima.
Si quien nos da, lo hace porque nos ama, nos aprecia, nos admira o nos quiere, o simplemente nos desea dar, ya eso es suficiente motivo para él o ella, y suficiente motivo para nosotros, también. Y eso es todo lo que debemos sentir.
El agradecimiento va de la mano con el merecimiento, pero es importante saborear plenamente el momento de recibir, pues debemos sentirnos merecidos. En la medida en que siento y acepto que merezco ser feliz, próspero, amado, saludable, etc., entonces y solo entonces, el cosmos empieza a moverse, los ángeles pueden traspasar esa terrible barrera energética que es la resistencia y los “milagros” empiezan a suceder en nuestras vidas.
Por:
Verstat Bohintuk
Maestra Sanadora- Terapeuta Holística
Face book: Terapias de Liberación
Face book: Tarot y autoconocimiento