Las uvas resultan idóneas para mejorar el estado de ánimo y reponerse del cansancio, al combinar los carbohidratos con las vitaminas del grupo B, en las que destacan.
Los estudios demuestran que sus fitoquímicos ayudan al equilibrio glucémico de la sangre, porque estimulan el páncreas y la producción de insulina.
La uva es también un laxante suave. Este efecto depurativo se ha usado desde antiguo para realizar curas de otoño. Es adecuada también en trastornos renales, de piel, retención de líquidos, artritis o gota.
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Del mismo modo, su potasio (183 mg) y ácidos orgánicos estimulan los riñones facilitando su acción diurética y la eliminación de sustancias de desecho, como el ácido úrico.
SON EXCELENTES ANTIOXIDANTES
Lo que hace de la uva una fruta tan singular es que se trata de una baya y, como tal, es rica en fitonutrientes. Las uvas negras son ricas en antocianinas, que aportan su bonito color morado, y resveratrol, mientras que en las blancas destaca la quercitina. El efecto de todas estas sustancias sobre la salud es tan evidente que ha provocado numerosos estudios al respecto.
Algunas de estas substancias se pueden tomar concentradas en forma de comprimidos, pero en la uva se hallan de forma conjunta y en una combinación ideal que complementa sus múltiples beneficios, entre ellos su capacidad antioxidante. Estos compuestos se caracterizan además por ser antiinflamatorios, antimicrobianos y anticancerígenos.