Sin duda las lechugas son las reinas de las ensaladas. Su crujiente textura y refrescante sabor esconden grandes beneficios que te harán querer comerlas en todos sus platillos. Conoce sus variedades y anímate a incluirlas en la alimentación de su familia.
Romana
Sus hojas alargadas y fuertes son muy resistentes al calor por lo que son ideales para incluirlas en sándwiches y pitas. Una sola cabeza de lechuga romana contiene 206 mg. de calcio y un 167% de la cantidad diaria recomendada de vitamina C.
Escarola
Incluida en platos gourmet, la escarola destaca por su altísimo contenido en agua (cerca de un 95% de su composición). Gracias a su aporte en fibra mejora el tránsito intestinal: una hortaliza diurética y ligeramente laxante.
Lollo rosso
Usualmente utilizada como decoración de otros platos, pero su valor nutricional brilla por sí solo. Gracias a algunos de sus oligoelementos (hierro, zinc, cobre) combate la anemia. Su jugo proporciona calma y sueño tranquilo a personas que sufren ansiedad e insomnio.
Rúcula
De origen mediterráneo, la rúcula es muy utilizada para comida al pesto. Desde la antigüedad, se le atribuye la propiedad de “aclarar la vista”, y en efecto, posee una cantidad extraordinaria de vitamina A, que es esencial para prevenir problemas oculares.
Iceberg o arrepollada
El tipo de lechuga más común, pero no por eso podemos menospreciar sus propiedades. Su alto contenido de ácido fólico es muy beneficioso para períodos de rápido crecimiento celular, como el caso de niños y embarazadas.