Los especialistas insisten en un buen consumo de proteínas y carbohidratos diarios, además de una buena dosis de ejercicio físico.
Llegar a los 50 años no debería ser un gran desafío para todo aquel que esté consciente de los cambios naturales que llegan en esta etapa, para quienes llevan una disciplina regular de ejercicios y cuidan lo que comen.
Más allá de llevar una “dieta saludable”, se deben tener en cuenta los grupos específicos de alimentos y proporciones que no deben faltar a partir de esta edad.
La nutrición es un eslabón imprescindible para aquellos que buscan estar en óptimas condiciones para seguir gozando de salud y de sus destrezas.
La nutricionista peruana Marilyn de Fitts detalla que para elaborar una dieta se debe considerar las características específicas de una persona, como su padecimiento de alergias o intolerancias.
Sin embargo, recomienda aumentar alimentos ricos en calcio y en proteínas (pescado, huevos, carnes, quesos), pues conforme envejecemos, la eficiencia de nuestro metabolismo puede reducirse.
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“La proteína es un macronutriente esencial para la función muscular, la reparación de tejidos y la regulación hormonal. La cantidad de proteína recomendada en la dieta de un adulto mayor va a depender de su talla, situación de salud y nivel de actividad física”, señala la experta.
Por ejemplo, un adulto promedio de 154 libras debería llevar “una dieta que aporte entre 70 y 90 gramos de proteína diaria.
Esto se debe balancear con proteínas de origen animal y vegetal, acompañadas de suplementos nutricionales, según se encuentre el funcionamiento del corazón, hígado y riñón”.
Además, es recomendable que los hidratos de carbono (cereales, frutas, pastas y verduras) sean un 55% del aporte nutricional. Es decir que más de la mitad de nuestra dieta debe contener estos alimentos.