Salpullido: Identifíquelo
En más de una ocasión su hijo ha presentado “ronchitas” en su piel, especialmente en la cara, cuello, encajes y abdomen, un aspecto que intranquiliza a cualquier madre por saber qué es. Sin embargo, no hay por qué alarmarse, se trata de salpullido, una erupción de pequeños bultos que con los días tienden a enrojecerse pero también a desaparecer. El aparecimiento se debe a dos factores: el clima -ya sea húmedo o cálido- y por predisposición. En el primer caso es porque la salida del sudor a través de las glándulas sudoríparas se obstruye, por la abundancia de queratina y el niño está muy cubierto, lo que provoca que la glándula del sudor se tape y dé como resultado el aparecimiento del salpullido.
Médicamente al salpullido se le llama miliaria o sudamina y se da en tres tipos: miliaria cristalina, rubra y pustulosa. La de mayor incidencia en los niños de 1 a 3 años es la primera, que consiste en el aparecimiento de pequeñas vesículas en cuello, tronco, frente, espalda y se propagan, ronchitas que con los días se hacen rojitas.
Este mal puede considerarse como un tipo de alergia, una reacción anormal de la piel, una enfermedad que se provoca por un defecto de la piel. Esto se da por el proceso inflamatorio, ya que el sudor no puede salir y la piel comienza a defenderse y atacar, creando como reacción la inflamación, dejando escamitas que, de no tener los cuidados necesarios, se infecta.
Identifique y cuide
Si su hijo tiene salpullido inicialmente verá ronchitas en el cuello, cabeza, frente, tronco interior y exterior. Lo mejor es tenerlos muy ligeros de ropa, no cubrirlos, realizar baños de inmersión varias veces al día, mantener un ambiente agradable, usar pañales desechables lo menos posible.
Si después de tres semanas no hay mejoría es importante acudir al médico para saber qué es lo que está pasando.
Es importante recalcar que esta afectación en la piel puede ser repetitiva, no se alarme, consulte y siga las recomendaciones médicas para mejores resultados.
La fiebre alta también puede provocar salpullido en los niños.
CREDITO
Karen Escalante, Dermatóloga
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