Sabemos que el cuidado de la piel, como aplicar protección solar o la limpieza suave y constante, pueden ayudarnos a mantenerla sana y radiante; por el contrario, también hay hábitos que pueden acelerar el proceso de envejecimiento. ¡Toma nota!
SALTARTE LA DOSIS DIARIA DE PROTECCIÓN SOLAR
Según los dermatólogos, es importante aplicar todos los días un protector solar de amplio espectro en el rostro, el cuello, escote y las manos (todas las áreas descubiertas) con ingredientes minerales que contengan óxido de zinc o dióxido de titanio para bloquear los rayos solares.
TOMAR DUCHAS Y BAÑOS CALIENTES
Esta acción puede parecer terapéutica, pero también puede agravar el problema; es mejor tomar una ducha tibia rápida y asegúrate de usar un jabón o un limpiador corporal suave y sin fragancia. Luego de la ducha o el baño, mientras la piel sigue húmeda, aplica una crema o loción de buena calidad para que la piel retenga la humedad.
PELLIZCAR Y RASCAR LA PIEL
Rascarse y pellizcar las picadas de insectos, las costras, los granos y otras protuberancias de la piel es natural, pero puede producir una infección o dejar una cicatriz permanente, afirman los dermatólogos. Tampoco recomiendan el uso de pastes o cepillos de baño.
EXFOLIARTE EN EXCESO
La exfoliación moderada puede ser favorable para la piel, ya que elimina las células secas y muertas para revelar una piel radiante y juvenil. Sin embargo, los especialistas de la piel sostienen que muchas personas se frotan demasiado fuerte o se exfolian con demasiada frecuencia, lo que puede deteriorar la barrera protectora del cuerpo. Esto puede producir inflamación, sequedad, irritación y pequeñas fisuras en la piel. Además la piel se torna más gruesa frente a los traumatismos, un exceso de exfoliación puede acabar por opacar y manchar la piel con el paso del tiempo.
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