La prevalencia de mujeres con incontinencia urinaria en el deporte es muy alta.
Aunque se manejan cifras muy diferentes lo que queda claro es que cuanto mayor sea el impacto durante la práctica deportiva, mayor es la incidencia de este mal. Aunque la práctica regular de una actividad deportiva es importante para gozar de buena salud, ejercitarse en exceso puede ser peligroso para el perineo, parte que sostiene los órganos genitales pero también la vejiga, por eso es un músculo indispensable en el equilibrio urinario. Así, las mujeres que practican un deporte de alto nivel son más proclives a padecer incontinencia urinaria.
Existen diferentes tipos de incontinencia. Practicar un deporte de manera excesiva puede aumentar el riesgo de la llamada incontinencia del esfuerzo, que se caracteriza por producir pérdidas al reír, toser o al hacer ejercicio. Este problema se origina por una debilidad de los músculos del perineo o del esfínter urinario que mantiene la vejiga cerrada e impide que haya pequeños derrames de orina. Cuando la presión sobre la vejiga aumenta se producen pérdidas. Y cuando el esfínter trabaja de más corre el riesgo de perder el tono muscular; entonces, deja de realizar su función contenedora permitiendo el paso de las pérdidas.
El exceso es malo
Pero las deportistas de alto rendimiento no son las únicas susceptibles de padecer pérdidas urinarias. Las mujeres que realizan clases de fitness tres o cuatro veces por semana de manera intensa también ponen en riesgo su perineo. Las sesiones de abdominales serían particularmente negativas para el perineo.
Pero no es cuestión de prohibir el deporte. Una actividad física normal es recomendable ya que permite mejorar la musculatura.
Aunque es difícil definir qué es una actividad “normal”, sí es posible establecer los deportes que se consideran “de riesgo”. Cuanto más hagan trabajar los abdominales y el perineo, peor son. Lo mismo sucede con los deportes de mucho impacto contra el suelo, ya que comprimen el perineo. Los especialistas recomiendan que se evite correr, el tenis, la equitación, el salto de trampolín o saltar a la comba. En cambio, destaca las virtudes de la natación y del ciclismo.
Pero estas reglas generales no se aplican a todas las mujeres. No todas son iguales en términos del perineo. Es indispensable controlar la calidad del perineo antes de lanzarse a hacer un deporte, sea o no de alto nivel. El diagnóstico puede realizarse en la consulta del ginecólogo o del urólogo. Si el perineo es de mala calidad, el médico puede aconsejar reeducarlo.
Aunque el exceso de deporte puede ser peligroso, una actividad deportiva razonable le permite, en cambio, conservar el tono.
Mantener la tonicidad del perineo forma parte de un estilo de vida saludable. Las pérdidas urinarias han dejado de ser un tabú, de modo que no dudes en consultar con tu médico o ginecólogo, quienes podrán aconsejarte sobre qué ejercicios o tratamiento hacer.
El perineo es un músculo que se extiende desde la cara posterior del pubis hasta el coxis. Sostiene la vejiga y la vagina En situaciones normales, ejerce una función de retención de la orina, pero puede ocurrir que se debilite dejando paso a las pérdidas.
Hay dos periodos de riesgo en la mujer: el momento del parto y la menopausia, cuando hay una caída hormonal que va a debilitar el perineo.
Dato
Entre un 10 y 40 por ciento de las mujeres deportistas de alto nivel son víctima de la infección urinaria.