La lengua queda pegada al paladar, hablar cuesta algo más que antes y tragar tampoco resulta tan fácil... Esas son algunas de las consecuencias que genera una boca seca. Si usted ha tenido alguna vez pánico escénico o ha sufrido estrés, sabe de qué se trata. A veces, con beber un vaso de agua queda todo solucionado, pero otras veces no. Para las personas mayores la sequedad bucal puede ser un problema diario. ¿Por qué sucede? Porque la producción de saliva con el correr de los años decae y eso, para la flora de la cavidad bucal, no está nada bien.
La saliva es una secreción corporal que suele ser subestimada. Por lo general, las glándulas de un cuerpo humano promedio producen entre 1 y 1,5 litros por día. La función de ese líquido es actuar con sus enzimas sobre los alimentos, operar contra las bacterias y gérmenes en la cavidad bucal y fomentar la remineralización de los dientes.
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Si la producción de saliva se ve reducida, también decae la capacidad de defensa del organismo. Entre otras cosas, pueden aparecer caries o infecciones en las encías y las mucosas. Además, tener el paladar seco también puede provocar otras molestias como una afonía. Otro tema es el mal aliento, que se da porque los gérmenes no son eliminados como correspondería, justamente a raíz de la falta de saliva.
La boca puede estar más seca por motivos muy pedestres como la falta de consumo de líquido, algo que se da con frecuencia en la gente mayor porque pierde la sensación de sed. Es decir, una de las primeras medidas para combatir esa sequedad es beber más líquido por día. También puede servir mascar chicle, porque masticar activa la producción de saliva, y lo mismo se puede lograr con algún dulce sin azúcar.
Si usted es fumador y siente el paladar seco, debería intentar reducir el consumo de nicotina. Ahora bien, si beber más, mascar chicle o saborear pastillas no tienen ningún efecto positivo, será necesario consultar al médico, porque la sequedad bucal puede llegar a ser efecto colateral de algún medicamento. Eso sucede, por ejemplo, con preparados para combatir la hipertensión, psicofármacos o somníferos.
Pero las causas pueden ser otras, como una diabetes, enfermedades reumáticas o una esclerosis múltiple. El síndrome de Sjögren, una enfermedad autoinmune, también genera sequedad en las mucosas. En esos casos los efectos se pueden contrarrestar con gotas o esprays, que también pueden resultar útiles en pacientes que se someten a una radioterapia por tumores en la zona superior del cuerpo y sienten esos mismos efectos.
Ni hablar de que las causas también pueden ser muy supérfluas e inofensivas: si es verano intenso, es importante estar atento a que la humedad del aire sea la necesaria, porque eso alivia la respiración. La humedad debiera ser superior al 40 por ciento, pero no estar por encima del 60 por ciento.
Un consejo más: quienes sufran este tipo de sequedad deberían mantener una buena higiene bucal para evitar que las bacterias se reproduzcan y para mantener bajo control cualquier posible disparador de caries o de infecciones. Es más, puede ser muy útil acudir con más a menudo al dentista.
Fuente: Deutsche Presse-Agentur GmbH
Copyright: dpa