El cerebro es uno de los órganos más importantes para el cuerpo, por lo que es preciso cuidarlo para asegurar el buen funcionamiento de todo lo demás. Y así como sucede con cualquier otro órgano, lo que ingerimos afecta de forma positiva o negativa nuestro cuerpo.

Estos son algunos alimentos con los que conviene tener precaución.

Bebidas alcohólicas

Además de sus efectos negativos a nivel cardiovascular y del resto del organismo, varios estudios han demostrado que beber en exceso se relaciona con mayor riesgo de demencia y con un inicio de los síntomas a menor edad.

Carne roja

Es un elemento necesario para una buena dieta por su gran aporte de hierro, pero el exceso de este contribuye al desarrollo de enfermedades como el Alzheimer, por lo que conviene moderar su consumo.

Alimentos y bebidas con mucha azúcar

La ingesta excesiva de azúcar puede provocar problemas cardiovasculares, además están relacionados con la disminución de la memoria y la capacidad de aprendizaje.

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Alimentos fritos

Estos pueden aumentar los niveles de colesterol en sangre lo que aumenta las posibilidades de desarrollar indicadores de demencia y alzhéimer.

Carbohidratos simples

Entendidos como todos aquellos alimentos elaborados con cereales refinados. El consumo excesivo de estos tiene efectos negativos en la memoria, por lo que se recomienda optar por las alternativas integrales.

Comida rápida

La comida rica en grasas saturadas como la comida rápida o los alimentos congelados aumentan considerablemente el riesgo de accidentes cerebrovasculares.

Sal

Las dietas altas en sodio están relacionadas con mayor riesgo de demencia y con problemas como hipertensión, que podrían derivar en accidentes cerebrovasculares. No obstante, el consumo moderado del sodio es necesario para el funcionamiento correcto del organismo.

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Carnes procesadas

Las carnes procesadas a menudo son ricas en sal, azúcares y químicos como conservantes o colorantes, que se han relacionado con mayores probabilidades de padecer trastornos degenerativos.

Grasas saturadas

Presentes principalmente en animales terrestres y en los lácteos, las grasas saturadas pueden propiciar una disminución del rendimiento cognitivo.

Pescados con niveles altos de metilmercurio.

Algunas especies, las más grandes, longevas y predatorias, pueden contener altos niveles de metilmercurio que por acumulación, puede resultar neurotóxico. Por ello, es mejor moderar el consumo de estas especies y optar habitualmente por otras más bajas en este metal pesado.