Las papas fritas, las cremas untables, pan dulce, productos condimentados... una vez que empezamos a comer este tipo de cosas (altamente procesadas) es muy difícil parar.
Para evitar que los productos que más gustan boten tus esfuerzos por seguir una alimentación saludable y variada, te mostramos alternativas más saludables con las que lograrás que comer siga siendo una experiencia totalmente sensorial.
Snacks crujientes hechos en casa
La mayoría de verduras, frutas y hortalizas (manzanas, apio, zanahorias…) responden a la definición de crujiente… pero paradójicamente los alimentos crujientes que más nos atraen son muy calóricos y grasos.
A nuestro cerebro le gustan porque están asociados a mayor contenido energético y porque han sido, históricamente, los mejores aliados para sobrevivir en épocas de escasez de alimentos.
Puedes elaborar chips de plátano, de remolacha, de castañas, de manzana...
Los alimentos ruidosos, además, hacen que concentremos nuestra atención en la masticación. Así, el cerebro registra el momento y el sabor del alimento perdura. Esta concentración provoca que disfrutemos el doble de la experiencia de comer y que lo asociemos a un estado de relajación.
No tienes por qué renunciar a esta sensación tan placentera: existen alternativas a los snacks industriales, mucho más saludables, que puedes preparar en casa. Te damos algunas ideas:
- Crackers de semillas
Mezcla 50 g de copos de avena, 100 g de semillas variadas, 1 cda. de aceite de oliva, 90 ml de agua y una pizca de sal.
Extiende la mezcla sobre una bandeja de horno forrada en papel vegetal y deja reposar 10 min. Hornea 30 min a 180º (dale la vuelta a los 15 min).
- Pizzetas de papa
Salpimienta una papa cortada en rodajas de 2 cm con su piel. Añade ajo en polvo y aceite. Pon 10 min al horno, da la vuelta y deja otros 10. Incorpora los ingredientes que desees y deja que se deshaga el queso.
- Cilindros de manzana con requesón y nueces
Si te gusta la combinación de sabores y texturas, vas a disfrutar mucho de este aperitivo elaborado con manzana, un ingrediente crujiente por naturaleza.
Corta una manzana en rodajas muy finas, con una mandolina. Sobre cada trozo pon 1 cdita. de requesón y media nuez.
Productos hipersabrosos... Naturalmente
Difícilmente el regusto que deja “lo natural” estimulará nuestras papilas gustativas como lo hacen productos creados por la industria alimentaria con sabores muy atractivos... aunque artificiales. Sin embargo, abusar de ellos puede acabar afectando a nuestra salud.
Toma nota de las siguientes propuestas caseras para no abusar de los productos hiperpalatables (muy sabrosos) y artificialmente saborizados:
- Palomitas de maíz con sabor a romero y parmesano.
Añade las palomitas naturales al recipiente con unas gotas de aceite.
Cuando hayan explotado, aparta del fuego, añade el romero y unos hilos de parmesano, y mueve la cacerola.
Otras opciones son hacerlas añadiéndoles una picada de ajo y perejil o una pizca de salsa pesto.
- Brochetas de fruta con “chocomenta”.
Mezcla arándanos, fresas, melón, sandía… y báñalas en chocolate negro deshecho al que habrás añadido unas hojas de menta fresca picada en el momento de deshacer al baño maría.
Ingredientes que dan sabor sin sumar calorías
Usa pasta de tomate en sofritos o guisos en lugar de salsa de tomate. Cuece más tiempo, es más espesa y da más sabor.
Y levadura nutricional en lugar de queso (tiene un sabor parecido) si haces salsa al pesto, lasañas o incluso ensaladas. Otra opción para reducir el queso de las salsas es agregar un poco de pan rallado en su lugar.
- La untuosidad de los alimentos grasos
El motivo exacto de por qué nos gusta tanto lo graso y untuoso es un enigma para la comunidad científica, más allá de que ayuda a soportar mejor el hambre. Pero, de nuevo, eso significa tomar bastantes más calorías. Apúntate estas alternativas más saludables:
- Bechamel sin grasas
Añade 3 cucharadas de harina integral a una sartén que tenga otras tres de aceite, cocina a fuego bajo sin dejar de remover.
Añade un vaso y medio de leche semi (o desnatada o bebida vegetal sin azúcares).
Bate para deshacer los grumos, añade sal, pimienta y nuez moscada, y deja 7-10 minutos al fuego.
- Salsa alioli ligera
Te sorprenderá lo fácil que es recrear esta salsa sin necesidad de añadir ese extra de aceite.
Tritura 1 huevo duro, 100 g de queso Burgos 0 %, un diente de ajo pelado, 1 cucharadita de mostaza de Dijon, una pizca de sal y unos 30 ml de agua.
- Pollo asado con menos aceite
Usa un espray de aceite de oliva para rociarlo (¡reducirás el aceite utilizado en un 95 %!).
Si añades un poco de caldo en la bandeja de horno, aún quedará más jugoso.
Da el toque gourmet añadiendo perejil o tomillo picado por encima en el último minuto de cocción.