¿Te resulta realmente difícil sentirte motivado, optimista y feliz? ¿Las personas te reconocen como alguien que siempre manifiesta una actitud negativa y pesimista ante cualquier circunstancia? ¿Te sientes incapaz de divertirte y gozar de la vida? ¡Presta atención! Podrías estar sufriendo de un trastorno depresivo persistente llamado distimia.
Este padecimiento es una depresión crónica, lo que significa que es continua y se desarrolla durante un tiempo prolongado. A grandes rasgos, consiste en una sensación constante de melancolía y baja autoestima.
LOS MÁS AFECTADOS
SE PRESENTA EN EL 5-6% DE LA POBLACIÓN GENERAL, SEGÚN ESTADÍSTICAS OFICIALES DEL SISTEMA DE SALUD DE LA UNIVERSIDAD DE VIRGINIA Y ES MÁS COMÚN EN HOMBRES QUE EN MUJERES.
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En El Salvador, la distimia ha ocupado en los últimos años, el primer lugar entre las causas de consulta médica en psiquiatría, según datos del Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS).
La distimia suele iniciar en la niñez, adolescencia o adultez temprana, aumentado las probabilidades en personas que tienen familiares de primer grado que han presentado algún trastorno depresivo.
Quienes también son más propensos a sufrir de este tipo de traumas psicológicos son las personas que han pasado por eventos traumáticos o sumamente estresantes, y que tienen una percepción muy negativa de la vida.
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MANIFESTACIONES MÁS FRECUENTES
Es importante mencionar que para determinar si una persona padece distimia, esta debe haber presentado los siguientes síntomas al menos por dos años:
- Tristeza constante y sensación de vacío
- Anhedonia: incapacidad de experimentar placer en cosas cotidianas que antes lo generaban
- Astenia: sensación continua de cansancio a pesar de no haber hecho nada
- Desesperanza y desinterés en el futuro
- Baja autoestima
- Dificultades para enfocar y mantener su atención
- Irritabilidad
- Alteraciones en el apetito: comer mucho o muy poco
- Alteraciones del sueño
- Aislamiento de familiares, amigos y actividades sociales
- Sentimientos de culpa y preocupaciones por eventos pasados
EFECTOS
Al ser crónica impacta de forma negativa la calidad de vida de quienes la padecen: bajo rendimiento en las actividades diarias, obstrucción en las relaciones interpersonales y formaciones de conflictos familiares y sociales.
TRATAMIENTO
Se aborda desde los ámbitos psiquiátrico y psicológico, siendo el primero el encargado de proveer y supervisar el tratamiento farmacológico necesario para el combate de los síntomas que experimenta el paciente.
El psicólogo, por su lado, a través de terapias, brinda las herramientas necesarias para que el paciente afectado exteriorice y gestione sus pensamientos y sentimientos. Gracias a su alto nivel de éxito, se auxilian de la terapia conductual cognitiva.
Las personas con este diagnóstico mejoran significativamente con el tratamiento farmacológico y la terapia, pero suelen necesitar el acompañamiento psicológico el resto de su vida.
DIFERENCIAS CON LA DEPRESIÓN
El Trastorno Depresivo Persistente o distimia tiene una duración de al menos dos años y se prolonga por tiempo indefinido, mientras que la depresión suele presentarse a través de episodios.
Además, en la distimia los síntomas pueden ser de menor intensidad que en una depresión aunque el padecimiento sea más largo, lo que permite que una persona sea más funcional.
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Fuente:
Lic. Dina Semsch
Psicóloga
@Dinasemschpsicologa
dsemsch@gmail.com