
La Semana Santa es sinónimo de tradición, descanso y, por supuesto, gastronomía. Entre los dulces más emblemáticos de esta época destacan las "torrijas" o "torrejas", populares en en El Salvador y otros países de Latinoamérica, un postre con siglos de historia que, con ingredientes básicos como pan, leche, huevo y azúcar, ha sido una opción popular durante la Cuaresma.
Aunque su preparación es sencilla, conseguir el equilibrio perfecto entre una textura jugosa y una estructura firme tiene su truco.
EL TRUCO QUE MARCA LA DIFERENCIA
La elección del pan es determinante para lograr unas torrejas de calidad. Aunque tradicionalmente se han preparado con pan del día anterior, lo cierto es que hay opciones más adecuadas. En ElSalvador la receta inicia con una "torta de yema".

LA RECETA TRADICIONAL PARA HACER TORRIJAS
Para aquellos que quieran seguir la tradición al pie de la letra, la receta clásica buscaba un resultado esponjoso por dentro y dorado por fuera.
- Ingredientes
- barra de pan (preferiblemente del día anterior o pan especial para torrijas)
- 1 litro de leche
- Cáscara de naranja y limón
- 1 rama de canela
- Azúcar al gusto
- 2 o 3 huevos para rebozar
- Aceite para freír
- Azúcar y canela en polvo para espolvorear

- Paso a paso
- Cortar el pan en rodajas de unos 2 cm de grosor, preferiblemente en diagonal para que absorba mejor la leche.
- Infusionar la leche con la cáscara de limón, naranja, la canela y el azúcar, llevándola a ebullición y dejando que se enfríe antes de verterla sobre el pan.
- Empapar bien las rodajas con la leche tibia y dejarlas reposar al menos una hora para que absorban suficiente líquido sin desmoronarse.
- Pasarlas por huevo batido y freírlas en una sartén con aceite caliente hasta que estén doradas por ambos lados.
- Escurrir sobre papel absorbente y espolvorear con azúcar y canela, o acompañarlas con miel, almíbar o incluso vino dulce.
OPCIONES MÁS LIGERAS Y VERSIONES MODERNAS
Las torrejas tradicionales son un postre calórico y contundente, pero existen alternativas más ligeras. Usar leche descremada y reducir la cantidad de azúcar es una opción, aunque el mayor cambio se consigue en el proceso de cocción: en lugar de freírlas, se pueden hornear o hacer a la plancha.
Para la versión a la plancha, basta con calentar una sartén con un poco de mantequilla y azúcar, y dorar las torrijas previamente empapadas en leche y huevo batido, consiguiendo una capa caramelizada con menos grasa.
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