El famoso dicho inglés "an apple a day, keeps de doctor away", que podríamos traducir por "una manzana al día mantiene al médico alejado de tu vida" es totalmente cierto. Hay muchas razones para comer manzanas.
Hemos elegido las mejores y te animamos a que incluyas esta dulce tentación en tus menús diarios.
CUIDA TU CORAZÓN
Si la tomas habitualmente –recuerda, una al día– cuida tus arterias al disminuir la absorción de la grasa que te aportan los alimentos. Por ello te ayuda a mantener el colesterol a raya. Y es que esta fruta contiene flavonoides, unas sustancias que evitan que el colesterol se adhiera a la pared de los vasos sanguíneos. Y como también aporta potasio, previene la retención de líquidos y combate la hipertensión.
TE QUITA EL HAMBRE
Y no solo te ayuda a mantener el apetito a raya, sino que hace que tomes menos calorías al cabo del día, motivo por el que es uno de los mejores alimentos para quemar grasa. Esto es porque contiene un tipo de fibra, llamada pectina, que forma un gel en el estómago que provoca que tu digestión sea más lenta. Y claro, tardas más en volver a sentir hambre y tienes menos deseos de picar. Eso sí, cómela con piel, que es donde hay más pectina. También regula. Esta fibra está indicada tanto en caso de diarrea como de estreñimiento, mejorando el tránsito intestinal y facilitando la digestión. Y una manzana solo tiene entre 50 y 80 kcal.
ES MUY DEPURATIVA
Al ser rica en potasio y pobre en sodio, es perfecta como alimento detox que elimina líquidos y toxinas de tu organismo. Y esto no solo ayuda a cuidar la línea. Su efecto depurativo también la hace ideal para combatir enfermedades inflamatorias como la gota, la artritis y las enfermedades reumáticas (unos de las razones de por qué se duerme la mano o el pie puede ser la artritis reumatoide). Esto se debe, además de a su contenido en potasio, a sus ácidos orgánicos y a sus taninos, sustancias que favorecen la eliminación del ácido úrico.
TE ALEJA DE LA DIABETES
Ayuda a equilibrar el azúcar en sangre y esto es muy importante para las personas diabéticas o con riesgo de padecer diabetes. Y es que su consumo retrasa la absorción de glucosa en el intestino y este efecto dura gran parte del día. Y, por si fuera poco, te sacia. Porque no permite que la glucosa aumente rápidamente después de las comidas.
FUENTE: Mejorconsalud.com
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