Agustín Estupinián Macay es un bebé salvadoreño de apenas dos meses de vida, quien padece del Síndrome del Intestino Corto, una condición que no puede ser tratada en El Salvador ni en Centroamérica.
Karla y Roberto, padres de Agustín, cuentan a través de la página de Facebook “Unidos por Agustín” el proceso que han pasado con su hijo, desde los primeros síntomas, el diagnóstico y hasta la intervención quirúrgica.
Karla comenta que su hijo presentaba una palidez que alertó a su esposo, en un momento en que lo estaba alimentando. El bebé empezó a llorar, por lo que pensaron que podían ser cólicos, pero al ver que el llanto no cesaba, decidieron llevarlo al hospital, donde lo ingresaron porque necesitaba sangre y plasma.
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Agustín presentó otros síntomas: “su pancita está gigante y dura”, relató su madre al doctor, quien determinó que necesitaba una operación. Roberto relata que se les pidió autorización para realizar una cirugía de emergencia, con la cual aceptaban la posibilidad que su hijo no sobreviviera.
Se le realizaron algunos procedimientos al bebé, pero lo más importante era observar su intestino, ya que el cambio de color sería una señal desalentadora. Agustín permaneció con su operación abierta, cubierta con una bolsa de Bogotá.
Al niño se le removió parte de su intestino debido a que estaba ennegrecido, es decir, necrótico. La operación le dejó en estado crítico, esperando a que la parte del órgano que quedó pudiera pegarse de forma correcta.
Cabe mencionar que la cirugía salvó únicamente 17 centímetros del intestino, dejándolo con el Síndrome del Intestino Corto, ya que el intestino delgado de un recién nacido tiene una longitud de 2.5 metros aproximadamente.
¿El origen de esta condición?
Según la web de la Clínica Mayo “el síndrome del intestino corto es una afección en la que el organismo no puede absorber suficientes nutrientes de los alimentos que ingiere, debido a que el intestino delgado es más corto”. En efecto, el síndrome puede resultar de una operación o extracción del intestino, dejando al paciente con el padecimiento. También puede ser de nacimiento, si el intestino no se desarrolló de la forma correcta.
El tratamiento del síndrome habitualmente supone dietas especiales y suplementos nutricionales. También es probable que requiera alimentación intravenosa para evitar la desnutrición.
Karla y Roberto comentan que el caso de su hijo ha recibido muestras de apoyo, dando a conocer su caso entre público y especialistas, en las redes sociales, y consiguiendo alojamientos en otros países donde se ofrece un tratamiento. Fue así como la familia ingresó algunas solicitudes y fue hasta el 20 de junio que la aseguradora emitió respuesta y aceptó cubrir con el tratamiento.
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