La edad preescolar es esencial para la formación de una buena conducta alimentaria en la adultez. En la infancia debe existir un ambiente positivo ante el hecho de comer y tratar que el niño tenga apertura hacia hábitos de alimentación saludables.
Como padres y madres el bienestar de nuestros hijos e hijas es una prioridad, que desarrollen todas sus capacidades y talentos es nuestro mayor objetivo, pero para que lo logren necesitamos proveerles de una buena alimentación y condiciones de apoyo.
Para que completen los requerimientos de energía diarios se debe establecer un horario organizado, no estricto pero sí regular, que incluya el desayuno y comidas establecidas. Normalmente en las guarderías o jardines de infancia hay un incremento en sus niveles de actividad física y, por lo tanto, las necesidades de energía y nutrientes de los niños y niñas también se elevan.
Ellos van aprendiendo a desarrollar sus preferencias y gustos probando diferentes sabores y olores, verifican la textura de los alimentos y la apariencia, lo que determina la aceptación de los mismos. Tome en cuenta las siguientes propuestas para ayudarle a lograrlo:
- Debe mantener cierto ritual en la alimentación, acostumbrando al niño, si es posible, a comer con la familia o sus amiguitos como ocurre en la guardería, kinder o colegio.
- Evite distractores como la televisión, videojuegos u otros a la hora de la comida. Mantener un ambiente y conversación agradables reforzará el lazo familiar.
Tiempos de comida
Los hábitos que se adquieren en la edad preescolar son de gran importancia para el futuro y, por lo tanto, hay que acostumbrarlo a mantener un ritmo alimenticio correcto, desde el número de tiempos de comida al día hasta los alimentos que se incluyen en cada uno de ellos.
Es normal que a los niños les dé hambre entre comidas, lo que hace que los refrigerios sean parte importante de su ingesta diaria. Estos deben planearse de manera que el niño o la niña no estén comiendo continuamente, deben espaciarse para asegurar que tendrá hambre en cada ingesta, con un intervalo de tres horas entre comidas.
Lo importante es mantener un consumo limitado de refrigerios y seleccionar los más nutritivos, ya que muchos de ellos contienen elevadas cantidades de grasa saturada, azúcar y colesterol, con ausencia de micronutrientes como vitaminas y minerales esenciales para mantener las defensas contra enfermedades, y asegurar un óptimo crecimiento y desarrollo.
Cada tiempo de comida principal debe aportar del 20 al 25% de las necesidades diarias del niño y los refrigerios del 10 al 15%. Los refrigerios que los satisfacen y mantienen con energía y concentración deben incluir grasas, proteínas y carbohidratos. Estos últimos proveen de volumen y valor energético, las proteínas y las grasas dan saciedad.
Paso a paso
Recuerde que establecer horarios y controlarlos es importante, y más si lo hacen de manera divertida en familia. Utilice el siguiente cuadro para controlar el progreso de su hija o hijo, simbolice con caritas o calcomanías alegres si comió en la mesa con la familia o compañeros, para reforzar su buen comportamiento. O coloque una carita triste si lo hizo viendo televisión o jugando, para reducir las distracciones y que mejore poco a poco. No lo regañe si tiene muchas caritas tristes, aproveche esta oportunidad para formarle un carácter determinado y voluntad.
Tiempo de comida | Hora | Adónde se hizo | Con quién | Cómo lo hicimos |
Desayuno | 7:00 am | En casa, sentado a la mesa. | Con padres y hermanos. | :) (bien). |
Refrigerio | 9:30 am | En el colegio, corriendo. | Con compañeros. | :( (mejorar). |
Almuerzo | 12:30 pm | En casa, sentado a la mesa. | Con familia. | :) |
Refrigerio | 3:30 pm | En casa, viendo tv. | Solo. | :( |
Cena | 7:30 pm | En casa, sentado a la mesa. | Con familia. | :) |
Por:
Lic. Guadalupe Argueta
Nutricionista Infanto-Juvenil
guadalupe.argueta@saludnw.com
Tel. 2246-4816 y 2246-4908
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