Son muchos los pequeños que rechazan comer verduras. Para muchas mamás, este rechazo se acaba convirtiendo en una pesadilla. Te damos 10 claves para ayudarte a tener éxito.
Con las estadísticas de la obesidad infantil en continuo aumento, el proyecto europeo HabEat, desarrollado para favorecer el consumo de fruta y verdura en los niños, coordinado por el French National Institute for Agricultural Resarch, se produce en el mejor momento. HabEat ha estudiado a 18.000 parejas formadas por madre e hijo en la Unión Europea, y ha elaborado un decálogo basado en el sentido común para convencer incluso a los niños más reticentes, que sólo se sienten atraídos por los snacks y los refrescos con gas, para que se introduzcan gradualmente en el consumo de zanahorias y batidos de frutas y verduras. A continuación, enumeramos los 10 puntos básicos del estudio.
1. Tenacidad. Si la primera vez no funciona, insiste al menos otras diez veces en el transcurso de unas semanas.
2. La variedad prima. Si logras sorprenderle con descubrimientos culinarios, el juego está hecho.
3. Da ejemplo. Si el papá es el primero en hincharse a patatas fritas, es muy difícil que el pequeño se enamore del apio.
4. No le regañes. Las malas maneras no funcionan en ningún caso.
5. Involúcrale. Si cocinas con el niño, tendrá más ganas de probar su “creación”.
6. Cantidades moderadas. Olvídate del plato lleno. Es preferible ofrecerle pequeñas cantidades e irlas aumentando de forma gradual.
7.Vía libre a la imaginación. Los platos alegres y llenos de color le covencerán más fácilmente. Por ejemplo, las patatas cocidas con guisantes y zanahorias mini pueden componer un plato muy vistoso y apetecible.
8. “Disfraza” las verduras. Los alimentos vegetales se pueden camuflar dentro de tartas saladas, tortillas (si bien es preferible cocerlas en el horno, y no en la sartén), purés y sopitas.
9. No a la comida como recompensa. ¿Por fin ha mordisqueado una berenjena después de varios días de intentos fallidos? No le premies con un trozo de tarta. La relación con la comida no debe convertirse en un “te doy” y “me das”. ¡Hay que comer lo que la mamá ha decidido!
10. Como mucho, se puede negociar. No se debe permitir al niño que rechace más de un alimento en cada comida: el resto deberá comérselo. Naturalmente, el truco está en ofrecerle más de un plato que contenga verdura y fruta.
Fuente: mibebeyyo.com