Uno de esos desbalances es la dispareunia, o dolor genital persistente o recurrente asociado al coito, lo cual puede ser ocasionado por vaginosis (inflamación o infección de la vagina), enfermedad de transmisión sexual, poco tiempo en la fase de excitación con la pareja, cansancio excesivo, problemas de pareja no resueltos que generan inhibición mental y poca lubricación vaginal, también por tumoraciones pélvicas (útero y ovario) y resequedad vaginal.
El vaginismo es otra causa de disfunción sexual femenina, que es el espasmo o cierre involuntario de los músculos de la vagina cuando se da el acto sexual. Esto se genera por lesiones ocasionadas al antecedente de una violación sexual, condilomas o anomalías genéticas en el área genital que no han sido diagnosticadas.
Cuándo debe consultar
• Si siente dolor a la penetración inicial o total (pélvico o vaginal) una vez al mes o todas las veces que tiene relaciones sexuales.
• Pérdida o disminución del deseo sexual.
• Poca excitación durante el acto sexual.
• Sangrado escaso o abundante durante o después de la relación sexual.
Si esto le sucede es recomendable que sea evaluada por un especialista para descartar causas ginecológicas y no ginecológicas de disfunción sexual.
Esta disfunción sexual femenina puede deberse a múltiples causas que llevan a un desequilibrio físico y psicológico.
Por Dra. Carolina Marín – Mastóloga Ginecóloga-Obstetra
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