Hablamos de relaciones adictivas cuando nos producen daño, comprometen negativamente nuestra salud física y emocional y, a pesar de querer dejarlas, no podemos liberarnos de ellas.
Los adictos al amor soportan mucho sufrimiento en sus relaciones, del mismo modo en que una persona adicta a una sustancia necesita y tolera más cantidad de la misma para sentirse bien y supuestamente funcionar.
Comienza a confundirse amor con obsesión. Esta adicción puede ser hacia alguien en particular, a una serie de hombres o mujeres, o a la búsqueda de una pareja (en caso de no tener una relación).
Se sienten atraídos por seres humanos incapaces de formar una pareja sana, eligen una y otra vez a personas incapaces de comprometerse efectivamente. Sujetos que son emocionalmente inaccesibles.
El adicto al amor solo ve lo positivo de la relación, sufre sordera y ceguera “selectiva” y niega lo malo de la relación frente a los demás. La adicción al amor presenta síntomas muy parecidos a la adicción a sustancias toxicas.
La codependencia está muy implicada en estas personas. Se olvidan de sí mismas para “rescatar” al amado. Esta adicción produce dolor y sufrimiento, pero la persona no puede dejar a quien lo maltrata. Para deshacerse de una relación toxica como esta, lo ideal es buscar ayuda profesional.
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