La educación Waldorf cada vez se vuelve más popular, y seguramente hayas escuchado hablar de ella. Pero, ¿qué es exactamente y en qué se diferencia del sistema educativo tradicional?
De acuerdo con lo publicado en el informe Windows into Waldorf: An Introduction to Waldorf Educationy retomado por el sitio Why Waldorf Works, portal de la Asociación de Escuelas Waldorf en Norteamérica, para los alumnos de este sistema educativo, la música, el baile y el teatro, así como la escritura, la literatura, las leyendas y los mitos, no son solo materias sobre los cuales se debe leer y memorizar, sino que los viven en carne propia. A través de esas experiencias, los pequeños logran cultivar el amor al aprendizaje, además de las capacidades intelectuales, emocionales, físicas y espirituales necesarias para encontrar su camino y su rol en la comunidad.
¿En qué se diferencia de la escuela tradicional?
Aunque cumple con el currículum establecido por los diferentes países, este tipo de educación fundada por Rudolph Steiner en 1919, busca responder a tres fases del desarrollo de la niñez: del nacimiento hasta aproximadamente los 6 ó 7 años, de los 7 a los 14, y de los 14 a los 18. Dándoles contenido apropiado para la edad, se nutre el crecimiento saludable, tal como explica el portal mencionado.
Además, los maestros buscan que cada niño sienta entusiasmo con respecto al aprendizaje, haciéndolo propio. Por eso, los exámenes competitivos y posiciones académicas no se utilizan, así como tampoco los premios que motiven al estudio, permitiendo que la motivación para aprender salga de cada individuo.
Para la educación Waldorf, el contexto donde se aprende también es importante, y según informa dicho portal, las paredes de las escuelas están generalmente pintadas en colores vivos y adornadas con obras de arte de los estudiantes.
La opinión de una graduada
Celina, psicóloga de 29 años asistió a una institución Waldorf desde el kindergarten hasta que se graduó de la secundaria, y cuenta a Yahoo que tuvo una bonita experiencia. “No tienes que estar sentado todo el día en un pupitre, lo que me parece totalmente en contra de la niñez, y aprendes a tomar decisiones sobre a qué destinar tu tiempo desde muy pequeño”.
“Recuerdo que cuando mis primas me mostraban sus libros de texto y me contaban sobre sus exámenes, me parecía ridículo que gastaran tanto tiempo en eso, cuando podrían haber estado aprendiendo. Es que en mi escuela, sobre todo en la educación inicial y primaria, se aprendía a través de la conversación y de las vivencias”. Hoy, Celina elige una institución Waldorf también para su niño, Bruno, que tiene 6 años. “Espero que esta opción educativa sea la adecuada para él también. Viéndolo, creo que lo está ayudando a descubrir su propia voz”, explicó. Entrevista con Celina, psicóloga de 29 años y madre de Bruno de 6.
Fuente: es-us.mujer.yahoo.com