Llega un momento de la vida en que tu hijo hace preguntas por todo, y entre esas numerosas interrogantes, llega la que más incomodidad genera entre los padres: ¿de dónde vienen los niños? La reacción que muchos tienen es: “es mejor que lo aprendan en la escuela”, “que se enteren por algún buen sitio de internet” o “a mí nunca me enseñaron eso, ¿por qué debo hacerlo?”.
Actualmente, es muy importante platicar con ellos de la mejor manera sobre este tema, antes que tengan un concepto erróneo de la sexualidad y esto conlleve problemas a futuro. No te preocupes, no es tan difícil como parece, basta guardar la calma y seguir estos útiles consejos:
Todo con tranquilidad: si tu pequeño te pregunta alguno de estas temáticas, debes contestar de la manera más tranquila y directa posible para que no piense que es vergonzoso hablar contigo sobre estos temas.
Sé una fuente confiable: para el niño, eres su héroe o heroína, por lo que debes actuar de la mejor manera y no mentirle o cambiar la conversación. Cuando termines de hablar con él, puedes decirle “habla conmigo sobre estos temas cuando quieras”, esto asegurará que se dirija a ti y no a otras personas.
Aprovecha cada oportunidad: puede que tu hijo no te haga la pregunta directamente, pero debes ser tú el que empiece a instruirlo. Puedes aprovechar un viaje largo en carretera o en un paseo por el parque, a lo mejor siempre se preguntó esas cosas pero nunca se atrevió a hablar.
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¿A qué edad puedo hablar con ellos sobre este tema?
Según Dina Laufer, psicóloga clínica y especialista en familia, habla en una entrevista para Entremujeres sobre los temas que puedes abordar de acuerdo a su edad.
- A los 3 años: habla sobre sus genitales, enséñale que nadie se los tiene por qué tocar, que son una parte de su cuerpo que solamente le corresponde a él. Se le puede hacer diferencias con otras partes del cuerpo, que las usamos muchas veces con otros, por ejemplo: los brazos para abrazar al otro. Los genitales no se comparten con nadie durante la infancia.
- A los 8 años: puedes hablarles del cuidado del propio cuerpo y de preservar su intimidad. Por ejemplo, cuando se termina de bañar no tiene que pasearse desnudo por la casa.
- A los 11 años: se empieza a anticipar cómo es el desarrollo y la aparición de las primeras vellosidades. A los niños se les puede hablar sobre los sueños húmedos. A las niñas, sobre su primera menstruación. Es mejor hablarles antes de que llegue el momento, porque los prepara para vivirlo de una manera lo más natural posible, sin por esto restarle la importancia que la situación conlleva.
- A los 14 años: puedes hablar sobre el encuentro sexual. Favorece espacios de diálogo donde uno escucha al otro, y no parezcas un catedrático de universidad. Brinda información sobre métodos anticonceptivos y su importancia, las enfermedades de transmisión sexual, y la necesidad de uso de preservativo.