Cuando una pareja mantiene un deseo sexual en iguales términos, da pie a relaciones íntimas placenteras y que ambos saben disfrutar. El verdadero problema radica cuando alguno de los dos no tiene el mismo apetito que su “media naranja”.
Aunque no lo creas, la falta de deseo, el rechazo a sostener relaciones sexuales y que estas duren poco tiempo suelen ser motivos de muchas separaciones y disgustos. A esta diferencia se le llama disritmia sexual y podría causar muchas frustraciones.
Para que el sexo sea placentero, se necesita más que dos cuerpos: condiciones como el estrés, las preocupaciones o alguna enfermedad pueden ser algunos factores para evitar la frecuencia del sexo. Sin embargo, si crees que tu relación cae en la disritmia, te dejamos algunos consejos para enfrentarla.
- Comunicación. Factor clave en cualquier relación para superar cualquier tipo de dificultad; la disritmia sexual no es la excepción. Habla con tu pareja y dile amorosamente lo que de verdad sientes; no dejes ir con violencia las palabras.
- Interpretación positiva. El hecho que tu pareja no tenga las mismas ganas de sexo que tú, no significa que represente falta de amor. Aleja los pensamientos negativos, sube tu autoestima y ayuda a que tu pareja también lo haga.
- Momentos de relax. Hacer una pausa también te ayudará a que la relación se oxigene. Ninguno de los dos es una máquina sexual que jamás se cansará: sufren problemas y tienen preocupaciones. Tómense el tiempo para platicarlas y brindarse soluciones.
- Despierta el deseo. No dejes que la relación caiga en la rutina; intenta ser novedoso en la cama y que ambos sientan éxtasis por estar juntos.
- Estilo de vida. Buena alimentación, óptimo descanso y ejercicio constante son claves para mantener una mente libre, un cuerpo sano y una felicidad sexual dispuesta a compartirse con intensidad.