Nutrición

Cebollín: manantial de cualidades para su salud

lunes 29, diciembre 2014 - 8:30 am

cebollín cebolla

Procedente de las lejanas y frías tierras de Siberia, el cebollín llegó a las mesas de Europa y de aquí a América, en forma más masiva, luego de la Edad Media, aunque fue empleado con anterioridad por los romanos. En Asia sí se conocía y hoy día dan cuenta de ese conocimiento las numerosas recetas de cocina thai, japonesa y china, que lo incorporan como un ingrediente que aporta sabor y color, aunque no sea necesariamente el mismo cebollín que se conoce en Venezuela, pero sí de variedad similar.

Esta hierba espigada pertenece al género de la cebolla (Allium) y comparte, por tanto, algunos de sus beneficios y propiedades, así como su forma de cultivo. El Allium shoenoprasum se le conoce con diversos nombres en otras partes del mundo, aunque en muchos casos son variedades de una planta similar, como es el caso del ciboulette, cebolla de verdeo, cebolla junca, cebolleta, etcétera. Como curiosidad, hay regiones donde solo se consume la parte verde, mientras que en Venezuela se suele emplear más la zona bulbosa y blanca.

Puede  ser replantado luego de adquirido (sobre todo si está fresco), con lo que obtendrá varios rebrotes durante varios meses, aunque luego va perdiendo sabor y disminuyendo el grosor de los tallos. Siémbrelo en una maceta en una zona soleada, con una tierra abonada pero que drene y tendrá la deliciosa hierba siempre a su disposición. Si deja alguna planta sin cortar, obtendrá una bella flor color blanca o violeta (también comestible en ensaladas), que le podrá dar incluso semillas.

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Un tesoro para la salud

Aunque muchas personas desechan las partes del tallo para su consumo, esta zona es muy rica en flavonoides, con poderosos antioxidantes, muy beneficiosos para la salud, además de los compuestos azufrados que comparte con sus otros parientes como el ajo y la cebolla  (aunque de estos tiene menor cantidad), con capacidad regeneradora del organismo. A su vez, la alicina, otro de sus componentes, reduce la producción de colesterol, cumple funciones antibacterianas, antivirales y antifúngicas, reduce la rigidez venosa liberando óxido nítrico, lo que conduce a su vez a una reducción de la tensión arterial. Reduce la posibilidad de generación de coágulos y previene problemas cardiocirculatorios.

Aunque estas propiedades las comparte con sus parientes vegetales, aporta mucho más fibra que el ajo y la cebolla, un elemento que también ayuda no solo a la salud intestinal sino también al control del colesterol y regulación del azúcar en sangre.

El cebollín tiene más vitamina A que cualquier otra aliácea; de hecho, 100 gramos de hojas frescas contienen 4353 UI de este componente (145 por ciento de la cantidad diaria recomendada), además de que posee otros flavonoides antioxidantes fenólicos como carotenos, zeaxantina y luteína, con reconocidas propiedades anticáncer.

Es una de las fuentes más ricas de vitamina K (100 gramos proveen 212,7 mcg, que es cerca de 177 por ciento de la cantidad diaria recomendada), la que promueve la formación y el fortalecimiento óseo, además de limitar el daño neuronal en el cerebro, por lo que contribuye a la prevención del Alzheimer.

También es rico en folatos (100 gramos de hojas aportan 105 mcg, es decir 25 por ciento de la cantidad diaria necesaria), vitamina C, además de contener trazas de vitaminas del complejo B y minerales como cobre, hierro, manganeso, zinc, potasio y calcio.

De hecho, su gran poder salutífero fue reconocido por los antiguos chinos y, de hecho, sus propiedades fueron recogidas en el libro Materia Médica, atribuido al emperador chino She Nung, quien gobernara desde el año 2738 hasta 2696 a.C.

En la cocina o el botiquín

El cebollín fresco se puede conservar congelado, en aceite o preparado en mantequilla y resulta especial para añadir a ensaladas y bocadillos vegetales, así como a las sopas en los últimos minutos de cocción. Alegra lácteos como el requesón y es mejor tolerado por personas a quienes la cebolla y el ajo le resultan algo indigestas.

Además de que se puede conservar en macetas mientras se va usando, en la nevera debe protegerlo con una bolsa plástica hermética. Las hojas más delgadas, jóvenes, tienen un sabor más delicado, mientras las maduras son algo más fuertes, cercanas al aroma de la cebolla.

También puede aprovechar sus virtudes al agregarlo a guisos, estofados, papas asadas y cremas de vegetales; y también aromatiza a panes con hierbas y vinagretas para ensaladas.

Si prepara las hojas en infusión, puede ayudarle a pasar un resfriado, mientras su jugo, colocado con un algodón sobre la nariz, se considera eficaz para combatir la sinusitis. Estimula el apetito y es eficaz para prevenir las bacterias, por lo que las personas deben consumirlo fresco para evitar la presencia de estos microorganismos en la flora intestinal.

 

Fuente: estampas.com



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