Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), un 80% de los infartos prematuros se pueden prevenir al mantener una dieta balanceada, actividad física regular y al abandonar el consumo de tabaco.
“Debemos comprender que una alimentación equilibrada debe incluir suficientes cantidades de cereales, leguminosas, frutas, verduras, lácteos, carnes, pescados, aceites y grasas”, asegura la experta en nutrición, Raquel Tejada. Asimismo considera que es importante recordar que ningún exceso es bueno y que no hay alimentos buenos o malos, solo dietas mal balanceadas.
También recalca que el consumo excesivo de ciertos alimentos en la dieta, como los carbohidratos (pan, tortillas, pasta) y las grasas (alimentos fritos, mantequilla, papas fritas) propicia la ganancia de peso, por lo que es importante moderar la ingesta de estos alimentos.
Pero una buena alimentación no puede ser efectiva sin una adecuada hidratación. La frecuente ingesta de líquidos favorece el transporte de nutrientes y su utilización. Además, permite regular la temperatura del cuerpo y eliminar toxinas y desperdicios metabólicos del organismo.
Un porcentaje importante de la hidratación diaria se repone mediante el consumo de líquidos como agua, jugos, leche, gaseosas, café, té, chocolate, entre otros. El otro porcentaje proviene de los alimentos sólidos tales como las frutas y vegetales. Un adulto sano, no deportista, y sin condiciones especiales (clima, enfermedades), debe consumir entre 9 y 13 vasos/tazas (de ocho onzas) de líquido al día.
Tejada añade que la actividad física regular, además de mantener la salud en general, tiene un efecto benéfico sobre la presión arterial, el metabolismo del azúcar y el de las grasas. Lo mínimo recomendable es realizar actividad física de moderada intensidad (caminar a paso rápido, trotar, andar en bicicleta, bailar) durante 30 minutos por lo menos 5 veces a la semana.
Por último, la nutricionista menciona que la educación juega un papel vital, porque las causas que llevan a las personas a ser obesas y a tener enfermedades relacionadas con la obesidad son totalmente prevenibles. “Es necesario que todos comprendan que una alimentación balanceada y la práctica constante de actividad física brinda múltiples beneficios a la salud”, concluye la experta.